Un equipo internacional de científicos ha anunciado este miércoles "una nueva era" en el tratamiento de las enfermedades neurológicas. Los investigadores han logrado instalar "un puente digital" entre el cerebro y la médula espinal de Gert-Jan Oskam, un holandés de 40 años que quedó tetrapléjico tras un accidente en bicicleta en 2011. Este avance ha sido posible gracias a la colocación de dos implantes en su cerebro que leen sus pensamientos y los envían, de forma inalámbrica, a un tercer implante que estimula eléctricamente su médula. Como resultado, el paciente ahora puede caminar largas distancias con muletas e incluso subir escaleras con su ayuda.
La lesión medular incompleta sufrida por Oskam en el accidente de bicicleta le permitía realizar algunos movimientos residuales. A lo largo de los años, gracias a una intensa rehabilitación, logró recuperar cierta movilidad en los brazos. En 2014, surgió una nueva técnica científica que tuvo éxito en experimentos con ratas en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza. En dichos experimentos, ratas con la médula espinal cortada en dos eran capaces de dar más de mil pasos. Posteriormente, en 2016, esta estrategia también se demostró efectiva en monos.
En 2017, Oskam se convirtió en uno de los primeros seres humanos en probar un dispositivo experimental similar, que permitía estimulación eléctrica en su médula espinal mediante un implante y sincronizaba los impulsos eléctricos con sus movimientos voluntarios. Además, el paciente también podía controlar manualmente la estimulación de sus piernas mediante unos botones. La nueva tecnología va mucho más allá, según destaca el neuroingeniero Eduardo Martín Moraud, quien participó en los experimentos con animales. Martín Moraud celebra este estudio como un "paso de gigante" hacia el sueño de restaurar el control motor voluntario en pacientes con