Telefónica no atraviesa por su mejor momento. El pasado mes de octubre, el gigante de telecomunicaciones, dio a conocer sus planes de acometer una importante reducción de plantilla en sus tres filiales en España. Desde 2016 se optó por la vía del PSI, donde salieron unos 11.000 empleados, pero ahora se acometerá un ERE, más favorable para los trabajadores desde el punto de vista fiscal.
Aunque aún no han trascendido las cifras de afectados, se estima que de las 16.000 personas que conforman el equipo español podrían salir unas 2.500. Este recorte de plantilla llega en un contexto convulso para Telefónica, pues se encuentra en plena batalla accionarial con el Estado saudí y además contempla la intención del Gobierno de España de entrar a través de la SEPI.
Con su nuevo plan estratégico sobre la mesa, vigente hasta 2026, Telefónica emprende ahora un tiempo de negociaciones con los sindicatos mayoritarios (CCOO, UGT y Sumados – Fetico) para acordar las condiciones definitivas y el número concreto de trabajadores afectados. Los sindicatos, ante el conocimiento de aplicación de los ERE, reclaman ahora la realización de un nuevo convenio colectivo; III Convenio de Empresas Vinculadas (CEV).
Una vez se convoquen a los comités intercentros de Telefónica de España, Telefónica Soluciones y Telefónica Móviles, se iniciarán las mesas de negociaciones, fijándose la primera fecha en el próximo 30 de noviembre.
Cambio de estrategia
La compañía que preside José María Álvarez-Pallete ha transformado el modelo de reducción de plantilla que venía realizando. Desde 2015 había acordado con los sindicatos hasta tres Planes de Suspensión Individual (PSI), es decir, abandonar la empresa a cambio de recibir un porcentaje de su salario hasta los 65 años.
Con los PSI realizados, más de 11.900 empleados han salido, siendo el más numeroso el inicial que dejó fuera de Telefónica a 6.300 personas. En los otros dos venideros salieron 2.636 y 2.982 trabajadores, respectivamente.
En el caso de los ERE, habría que remontarse al año 2011, cuando afectó a unos 6.830 empleados. Desde 1999, se han venido aplicando con asiduidad dejando la salida de más de 31.500 trabajadores mediante este sistema.
¿Cuántos empleados se verán afectados?
Aún no ha trascendido la cifra exacta, aunque oscilará entre los 1.600 (el 10% de la plantilla total) y los 5.000 trabajadores. Hay que tener en cuenta que las filiales españolas cuentan con unos 2.500 empleados que ya han cumplido los 55 años, así como otros 2.500 empleados que alcanzarán esta edad en 2024. No obstante, se está trabajando con tres mesas de negociación diferentes, una para cada filial.
Las claves del nuevo ERE
Telefónica se ha visto mermada por la nueva legislación sectorial (española y europea) que ha implicado un modelo de competencia basado en precios, acabando con la rentabilidad de las empresas. Las elevadas exigencias de los últimos años, en fibra óptica y 5G, han supuesto un lastre para los operadores tradicionales, generándose incrementos de deuda y elevados costes. No obstante, la principal responsabilidad recae sobre los gestores y directivos, que no han sabido anticiparse a la problemática del mercado.
El cierre total de las estaciones de cobre de Telefónica, previsto para la primavera de 2024, dejará múltiples actividades sin cubrir. Además, la IA aplicada acabará con muchos puestos de trabajo de escaso valor que tenderán a automatizarse, a la par que se precisará de un personal específico y cualificado para ello.
Las reclamaciones de los sindicatos
Reclaman la firma de un nuevo convenio colectivo de carácter favorable y duradero para la plantilla, con una vigencia aproximada de tres años. Aquí se incluiría una cláusula de revisión salarial para los empleados que permaneciesen en Telefónica España, así como para sus empresas filiales, garantizándoles un futuro seguro en materia laboral.
Además, se reclamarán otros aspectos como el incremento del teletrabajo, la mejora de las condiciones salariales, jornadas semanales de 35 horas, la deslocalización voluntaria y la ampliación generalizada de los beneficios sociales, creándose una póliza de reembolso dental para toda la plantilla.
Réplicas en otros países y en Bolsa
El objetivo de alcanzar la plena rentabilidad en términos económicos se hará extensible a todos los países donde se encuentre Telefónica vigente. Se pretende generar valor para el accionista, buscar sinergias y reducir las estructuras para competir de un modo más ambicioso.
En otro orden, con este nuevo e importante ajuste de plantilla, se espera que el valor accionarial de Telefónica aumente considerablemente, siendo tenido en cuenta como una reducción de gastos por parte de los inversores.
La última palabra la tendrá el Ministerio de Trabajo, al que se le presentará formalmente el expediente, sin descartarse por entonces movilizaciones sindicales.