Dicen que el CEO de Apple, Tim Cook, es bastante cercano y cómico en algunos momentos, que su sentido del humor no encaja del todo con su porte serio y comprometido. Pero cuando aseguró que vio un iPhone en una antigua pintura flamenca parece que no bromeaba. Hace algunos años, durante el evento Start-up Fest en Amsterdam, Cook habló con la ex-comisaria europea Neelie Kroes y confesó en público la anécdota.
Dicha anécdota se remonta a la noche anterior, cuando Kroes invitó a Cook a pasear por el Rijksmuseum de Ámsterdam. El Museo Nacional de Ámsterdam es muy conocido por su enorme colección de pinturas del Siglo de Oro neerlandés, el mayor exponente del planeta. En una de las salas, durante aquel paseo, Tim presenció algo extrañísimo: en una de las pinturas aparecía un personaje sosteniendo un iPhone.
Un hombre entregando una carta a una mujer en un recibidor
Frente a un auditorio lleno, Neelie Kroes bromeó con ello preguntándole a Tim Cook, "entonces, ¿cuándo se inventó el iPhone?" La respuesta de Tim no pudo ser más curiosa: "¿Sabes? Pensé que lo sabía hasta anoche". Entonces se dirigió al público y continuó: "Anoche Neelie me llevó a echar un ojo a Rembrandt y una de las pinturas me dejó perplejo. Había un iPhone en una de esas pinturas". "Es difícil de ver, pero juro que está ahí", afirmó Cook.
La pintura a la que hace referencia Tim Cook es 'Un hombre entregando una carta a una mujer en un recibidor', óleo sobre lienzo de 68x59 cm pintado en 1670. Y en realidad ni siquiera pertenece al mítico Rembrandt, sino que es de Pieter de Hooch, uno de los grandes maestros del barroco holandés que trabajó la "pintura de género", estilo focalizado en ilustrar escenas del día a día
Como puede verse en la pintura, el personaje de la derecha sostiene lo que parece ser un iPhone de primera generación, con su diseño que coincide aproximadamente con las medidas originales: 115 mm x 61 mm x 11,6 mm. Tras mirar un rato, Tim volvió a repetir:
"Siempre pensé que sabía cuándo se inventó el iPhone, pero ahora ya no estoy tan seguro"
Lo que sostiene el personaje masculino, el emisor, es una misiva, una entrega importante para la dama que ocupa la silla en la pintura. Así que obviamente lo que vio Tim se trata de una especie de pareidolia con aquello que conoce mejor que nadie. Pero sorprende que una carta plegada sobre sí misma tenga ese color tan oscuro y ese contorno tan similar a los biseles de un teléfono móvil.