Ya que la compañía japonesa ha decidido seguir los pasos de la gran N y ha asegurado que subirá el sueldo a sus trabajadores en un 15% (de media).
Esa subida de sueldo no ha sido algo aleatorio, y la verdad es que tiene una motivación muy clara y fácil de entender, pero al mismo tiempo no deja de ser curioso que estos gigantes estén subiendo el sueldo de sus trabajadores cuando otros grandes del mundillo tecnológico están haciendo recortes de plantilla.
Hay un contraste muy marcado en ambos extremos, pero SEGA lo tiene claro, piensa subir el sueldo de sus empleados en un 15% de media, una subida que se hará efectiva a partir del 1 de julio de este año, y que en algunos casos representará una subida de hasta el 35%. Así, por ejemplo, el suelo base de los graduados universitarios pasará de los 1.632 dólares a los 2.225 dólares, cifras que equivalen a 1.536 y 2.094 euros, respectivamente.
La ganancia de poder adquisitivo que van a tener los trabajadores de SEGA gracias a esa subida de sueldo es importante, y esto no solo les permitirá hacer frente a la creciente inflación, sino que además tendrá un efecto positivo para la economía japonesa. Según la compañía nipona han preparado un conjunto de medidas a nivel de empresa que le permitirá estabilizar esa subida de sueldos sin ningún tipo de problema.
Este aumento de sueldos tiene una motivación doble, como habréis podido imaginar. La primera es conservar el talento e incentivar la entrada del mismo en la compañía, y la segunda es responder a la petición del primer ministro japonés, Fumio Kishida, quien lanzó abiertamente un mensaje a las empresas japonesas: subid el sueldo para contrarrestar el problema de la inflación.
La inflación puede convertirse en un grave problema para las economías familiares, ya que los precios de los bienes básicos (de primera necesidad) suben a un nivel tan elevado que hunden el poder adquisitivo de los hogares. Sin un aumento de salarios, la tensión que deben soportar las familias puede volverse insostenible, y es que al final no se trata de trabajar para sobrevivir, sino de trabajar para vivir con un mínimo de dignidad.