OpenAI está por efectuar el cambio más grande de su historia. La compañía de inteligencia artificial, liderada por Sam Altman, planea una reestructuración para convertirse en una corporación benéfica con fines de lucro. Con ello, eliminaría el control de su junta directiva y podría atraer a más inversores.
De acuerdo con un reporte de Reuters, OpenAI quiere reestructurar su negocio principal para convertirse en una organización con ánimos de lucro. La noticia llega tras meses de rumores sobre una ronda de financiación que inyectaría capital a la compañía para salvarla de la bancarrota. OpenAI buscaría eliminar el principal inconveniente que impide atraer a los inversores: su estructura corporativa.
La versión actual de OpenAI se divide en dos partes: una organización sin fines de lucro y una subsidiaria con fines de lucro que obtiene recursos para el desarrollo e investigación de IA. Esta estructura permite mantener el enfoque de una IA segura, uno de los pilares de OpenAI, puesto que es la junta directiva de la división sin ánimos de lucro quien toma la decisión final.
Según fuentes cercanas a la empresa, OpenAI quiere convertirse en una corporación benéfica, como Anthropic o xAI. Bajo este esquema, la empresa ya no estará controlada por la junta directiva actual, aunque la organización sin fines de lucro seguirá existiendo y contará con una participación minoritaria.
El cambio también otorgará una participación a Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI. Altman había declarado que no estaba interesado en recibir acciones de la empresa, puesto que tiene suficiente dinero y hace su trabajo por amor. Lo cierto es que la jugada podría catapultar a OpenAI y otorgarle una valoración de 150.000 millones de dólares, una cantidad que ni el mismo Altman sería capaz de despreciar.
El cambio más grande de OpenAI se gestó desde hace meses
La reestructuración de OpenAI es un tema que suena desde el despido de Sam Altman a finales de 2023. En su momento se informó que la junta tomó la decisión tras las preocupaciones de que Altman se estaba enfocando mucho en la parte comercial y descuidaba su misión principal. La junta argumentó que el CEO no había sido lo suficientemente franco y lo despidió al toque.
El drama terminó luego de unos días, cuando Sam Altman y Greg Brockman volvieron a OpenAI y disolvieron la junta. En los meses posteriores, Altman y OpenAI lanzaron GPT-4o con un avanzado asistente de voz y cerraron acuerdos con Apple y otros gigantes tecnológicos para implementar su IA en todos los dispositivos.
Los cambios a la estructura corporativa se hicieron evidentes cuando surgió el rumor de una ronda de inversión. OpenAI necesita dinero, pero la estructura de beneficio limitado — que impone un tope a las ganancias — no resulta atractivo para los inversores. Es por ello que hace unos meses se dijo que OpenAI eliminaría esta restricción.
¿Qué pasará con la misión de una IA segura?
La preocupación principal sobre esta reestructuración es la seguridad de la inteligencia artificial. OpenAI declaró hace años que la idea del beneficio limitado era clave para no perder el enfoque en el desarrollo de una IA segura. Sin esta restricción o una junta directiva que ponga un freno, las cosas podrían salirse de control.
La empresa ha perdido personal clave desde hace meses, comenzando por Ilya Sutskever, líder de la revuelta contra Sam Altman. Otros cofundadores también abandonaron la compañía, como Andrej Karpathy o John Schulman. Este último dejó su cargo como director del equipo de ciencias de alineación para irse a Anthropic.
La última en abandonar el barco es Mia Murati, directora de tecnología, quien anunció su salida de forma sorpresiva hace unas horas. Murati no reveló las razones de su renuncia, pero se rumorea que la reestructuración y una rencilla con Altman podrían ser la causa. Recordemos que Mia Murati fue elegida por la junta directiva original para ser la CEO que reemplazaría a Sam Altman.