Basta con una rápida búsqueda, que por razones obvias no reproduciré aquí, para encontrar una enorme lista de resultados que, por sus titulares, prometen revelarnos una suculenta lista de novedades y funciones exclusivas de esta variante de color el clásico WhatsApp verde, al que estamos sometidos el común de los mortales que empleamos el servicio de mensajería instantánea de Meta.
Esto no es, en verdad, algo nuevo, en el pasado ya hemos visto otras versiones o modos de WhatsApp, como el dorado, el rosa y el rojo, que prometían ser versiones mejoradas de la app original, pero que en realidad eran un coladero de malware. Así, por lo que sea, parece que desde hace ya tiempo lo de cambiarle el color parece ser una vía bastante exitosa para atraer el interés de muchos usuarios, en buena parte atraídos, claro, por las funciones exclusivas del nuevo color.
Así pues, con dichos referentes, es normal que las primeras referencias a un nuevo WhatsApp morado, o al modo morado de la herramienta, hayan despertado el interés de muchas personas. Yo mismo, lo reconozco, me sentí entre sorprendido e interesado cuando leí la referencia por primera vez. Claro que, quizá por experiencia o quizá por desconfianza, ya desde el primer momento me empecé a imaginar que, en realidad, nos encontrábamos frente a un clickbait. Y desgraciadamente, no me equivocaba.
Entonces pues, ¿qué es el WhatsApp morado del que habla todo el mundo? Pues te lo resumo: cambiarle el color al icono de la app. Sí, eso es todo. Recurrir a diversos métodos para cambiar el icono oficial de la app, principio y fin de la historia. El modo morado no existe, el cambio del icono no plantea cambio alguno en el funcionamiento de la app y del servicio y, por supuesto, no activa funciones que no estén disponibles cuando el icono se muestra en verde.
Es comprensible que los usuarios se sientan interesados por una supuesta versión o modo especial de WhatsApp, y que los creadores de malware recurran a mentiras de este tipo también entra en lo que podemos esperar. Sin embargo, la cantidad de titulares que he leído, en los que se habla de «modo morado», acompañado de subtítulos sobre «cómo activarlo», «para qué sirve», «sus funciones», etcétera, es paradigmático, para mal.