Neuralink, la empresa de neurotecnología fundada por Elon Musk, ya inició el reclutamiento de voluntarios para comenzar a probar sus chips cerebrales. El proceso ha comenzado una vez que la compañía recibió la aprobación de una junta de revisión independiente para hacer pruebas en humanos. Están en la búsqueda de personas con parálisis, mayores de edad, dispuestas a participar en un estudio que estiman dure seis años.
La idea de Elon Musk y Neuralink es insertar pequeños chips en los cráneos de las personas para tratar enfermedades como la parálisis y la ceguera. En algún momento, Musk ha dicho también que quieren sanar la esquizofrenia o la depresión.
En este primer estudio, se pondrá a prueba una interfaz cerebro-computadora. El objetivo es brindar a las personas con parálisis la capacidad de controlar el cursor o el teclado de una computadora utilizando únicamente sus pensamientos, explicó Neuralink en un comunicado.
Hay dos elementos clave en este experimento. Por un lado, el chip cerebral N1, que Neuralink ha descrito como «estéticamente invisible». El dispositivo está diseñado para registrar y transmitir señales cerebrales de forma inalámbrica a una aplicación que decodifica la intención del movimiento.
Y, en segundo lugar, está el robot quirúrgico R1. La máquina permitirá alojar el chip cerebral, que cuenta con unos filamentos ultrafinos y flexibles, en una región del cerebro que controla la intención del movimiento.
Los requisitos para participar en el estudio de Musk con chips cerebrales
Neuralink ya habilitó el registro de pacientes en su web. Quienes quieran participar de este primer estudio de chips cerebrales, deben residir en EE. UU. y tener la capacidad de dar su consentimiento expreso. La empresa de Musk está convocando a personas con cuadriplejía, paraplejia, pérdida de visión, pérdida de audición, incapacidad para hablar y/o amputación mayor de una extremidad.
Musk ya demostró su entusiasmo en redes. Y lo hizo con una referencia a Star Wars. «Cuando Neuralink se combine con las extremidades del robot Optimus, la solución de Luke Skywalker puede volverse real», dijo el magnate en X, antes conocida como Twitter. Su publicación está acompañada de una escena del Imperio contraataca, en la que Luke prueba su nuevo brazo robótico. Con Optimus, Musk se refiere al robot humanoide de Tesla, que presentó en octubre del año pasado.
Musk destacó que esta primera prueba pretende preparar el terreno para crear una solución que le permita a una persona con parálisis restaurar el movimiento de todo su cuerpo. También habló de la inteligencia artificial, una tecnología que igualmente pondrá a prueba con la nueva interfaz de Neuralink.
«A largo plazo, Neuralink espera desempeñar un papel en la reducción del riesgo civilizatorio de la inteligencia artificial, mejorando el ancho de banda de humano a inteligencia artificial —y de humano a humano— en varios órdenes de magnitud», escribió en X. «Imaginen si Stephen Hawking hubiera tenido esto».
La empresa de neurotecnología de Musk obtuvo en mayo pasado la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) para este primer ensayo en humanos. La compañía, inicialmente, esperaba recibir el visto bueno para implantar su chip cerebral en 10 pacientes. Sin embargo, estaba negociando un número menor de pacientes, luego de que la agencia planteara preocupaciones de seguridad, según empleados actuales y anteriores consultados por Reuters.
Los polémicos antecedentes del chip cerebral
La FDA de EE. UU. había rechazado en 2022 la solicitud del experimento de Musk con sus chips cerebrales. La oficina gubernamental planteó entonces una «docenas de dudas» sobre la seguridad del dispositivo. Por ejemplo, temía que estos pequeños chips podrían desplazarse a otras partes del cerebro. O, peor, podrían recalentarse, un riesgo importante para las funciones cognitivas de los involucrados en las pruebas.
No es la única polémica. Neuralink ya ha puesto a prueba una interfaz cerebro-computadora, pero con animales. En 2021, la empresa hizo una demostración en la que se ve a un mono jugar al Pong solo con el uso de su mente. O, al menos, eso aseguró la compañía. El mono había recibido un implante cerebral.
Pero en 2022, Neuralink reconoció que varios de los animales murieron en los experimentos. El Comité de Médicos por una Medicina Responsable, una organización que aboga por alternativas a la experimentación con animales, denunció entonces a la empresa por crueldad animal y pidió a las autoridades que suspendieran las pruebas.
La competencia en la industria
Aunque novedoso, Musk no es el primero en testear chip cerebrales orientados a pacientes con parálisis. Al menos 42 personas en todo el mundo ya han usado implantes en el cerebro en ensayos clínicos dirigidos por Synchron Inc, su gran rival, informó en marzo el Washington Post. La empresa cuenta con el apoyo de los multimillonarios Bill Gates y Jeff Bezos.
Blackrock Neurotech, otra compañía con sede en Utah, ha experimentado con interfaces cerebro-computadora, como la que quiere probar Musk, desde 2004. Un excolega de Musk, que participó de la fundación de Neuralink, creó Precision Neuroscience. Esta otra compañía ya realizó su primer implante en humanos este año.
El salto que ha dado el desarrollo de la inteligencia artificial estos meses también ha permitido la generación de nuevas soluciones que ya han probado su eficacia. Un holandés tetrapléjico volvió a caminar gracias a implantes cerebrales, impulsados por esta tecnología, que fueron desarrollados por la Escuela Politécnica Federal de Lausana. Los científicos crearon un mecanismo que funciona como «un puente digital», que permitió conectar el cerebro y la médula espinal del paciente, saltándose las secciones lesionadas.