El smartphone ya desplazó al televisor como la principal tecnología al estar presente en 97% de los hogares urbanos mexicanos, en comparación con 94% de los televisores.
La Encuesta Nacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales (ENCCA) 2020-2021 del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) ya es un documento clásico para conocer la evolución del consumo audiovisual de los mexicanos. Su primera edición fue en 2015; ese año la presencia de la televisión dominaba con 98.3% y el teléfono celular se ubicaba en 76.2%.
Otro hallazgo es que 59% de las personas ve contenidos por Internet, cuando seis años atrás ese porcentaje era de 25.8%. El consumo de contenidos en línea creció 8 puntos porcentuales con respecto a 2019.
Los usuarios de la red consumen contenidos audiovisuales 3.3 horas diarias en promedio de lunes a viernes. Aunque la ENCCA no menciona ese mismo dato en TV abierta, sabemos por el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2020 (Asociación de Internet MX) que es de 2 horas 18 minutos en televisión.
El visionado de TV abierta sigue en descenso, lo cual corrobora que su momento histórico y hegemonía ya pasó, cediendo su lugar a Internet. En 2015, 80.9% del total de personas con televisor sintonizó canales de TV abierta, pero ese porcentaje ya se redujo a 75%, lo cual habla de nuevos hábitos culturales. Ni siquiera el confinamiento en los hogares por la pandemia redujo la caída en el consumo de televisión abierta.
Las Estrellas de Televisa sigue siendo el canal de TV abierta más visto con 56%, pero en 2015 fue de 64%. En general, todas las señales de TV abierta perdieron audiencias, tanto en los entornos urbanos como rurales.
La principal caída la tuvo Azteca Uno al ubicarse en 31% en 2020-2021, cuando seis años atrás era consumido por 47% de quienes tenían televisor.
Un fenómeno muy peculiar en México es que entre los suscriptores al servicio de televisión de paga, los canales más consumidos son los de TV abierta. La razón es porque la cobertura de la señal abierta no llega a todos los hogares y por la mala recepción de la misma. El principal motivo para no contratar TV de paga es por el precio (56%), la misma razón desde hace seis años, por lo que ya es hora de que el regulador actúe para propiciar mayor competencia en el mercado de TV de paga.
La única televisora pública que aparece en la ENCCA es el Canal Once del Instituto Politécnico Nacional, pero su presencia también se redujo: 9% en 2015 vs. 6% en 2020-2021. Dicho de otra manera, el Canal Once perdió uno de cada tres televidentes en seis años.
Los contenidos predilectos de la TV abierta en 2020-2021 fueron noticias (64%), películas (45%) y educativos (35%), esto último por la programación de Aprende en casa, los contenidos educativos de la Secretaría de Educación Pública.
El gobierno federal le paga a Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión y Grupo Multimedios por utilizar su infraestructura y por transmitir en multiprogramación los contenidos de Aprende en casa. La SEP paga 15 pesos por cada uno de los 30 millones de alumnos inscritos al ciclo escolar, equivalentes a 450 millones de pesos.
Llama la atención que las telenovelas, el otrora formato estelar de la TV abierta, quedó en cuarta posición con apenas 22% de los programas más vistos. En 2015, el porcentaje era de 47%. Aunque la ficción y el melodrama siguen siendo atractivos, la audiencia se está decantando por series y no largas telenovelas.