Hasta hoy, teníamos bien definidas prestaciones de una y otra tecnología, LTE como infraestructura de WAN, donde la prioridad es la cobertura geográfica amplia y el roaming entre celdas para asegurar la conectividad en movimiento. Wi-Fi como infraestructura de LAN, es decir, red de cercanía, con foco en performance (capacidad de datos, bajo delay, gran densidad de clientes en espacios reducidos).
El 5G irrumpe en el mercado prometiendo equiparar muchas de las prestaciones donde Wi-Fi era visiblemente superior. También, los primeros draft del standard indican que podrá trabajar en bandas no licenciadas, lo cual podría significar trascender el ámbito de las telecomunicaciones para ser una tecnología que pueda ser manejada por empresas y particulares sin necesidad de disponer espectro licenciado.
Por todo lo mencionado anteriormente, es que surge la hipótesis de que 5G pueda avanzar sobre el actual TAM de Wi-Fi. Sin embargo, ambas seguirán siendo tecnologías complementarias y habilitadoras de nuevas aplicaciones que requieran concurrencia, manejo de grandes volúmenes de información y baja latencia, ya que cada una posee sus ventajas y desventajas.
Si bien 5G promete ofrecer una velocidad inigualable, no carece de debilidades. Por un lado, posee una cobertura interior costosa, debido a que las señales de alta frecuencia que utiliza son extremadamente propensas a la atenuación y, en consecuencia, se requiere una planificación de red compleja para su despliegue. Por el otro lado, cuenta con una mala compatibilidad de terminales. La evolución a los terminales 5G requiere un rediseño completo del producto, lo que agrega un costo y complejidad significativos al sistema.
A diferencia, Wi-Fi 6, se destaca en ambientes interiores. Puede manejar incluso los escenarios más exigentes que requieren gran ancho de banda, gran capacidad y baja latencia, por lo que es ideal para aplicaciones que requieren mucho ancho de banda y sensibles a la latencia, como VR, 4K y vehículos guiados automatizados (AGV). Sin embargo, debido a la limitación de los recursos de espectro y la potencia, Wi-Fi 6 no funciona bien en escenarios de larga distancia al aire libre donde las señales son propensas a la interferencia.
Por lo tanto, el 5G no vino a desplazar a la tecnología Wi-Fi sino más bien a complementarla, solo al implementarlos juntos, se podrá crear una red óptima y rentable que pueda manejar una amplia gama de escenarios.