En octubre del año pasado, Meta daba una sorpresa al anunciar que, para adaptarse a la DMA europea, empezaba a ofrecer una modalidad de acceso a sus redes sociales libre de publicidad y, principalmente, de sus funciones de seguimiento, pero lo hacía con un no esperado modelo de pago. Y apenas habían pasado 10 días desde su anuncio, cuando la tecnológica nos volvía a sorprender, anunciando una subida de precio sobre lo anunciado inicialmente.
En aquel momento, en el que Meta ya había sido señalada como uno de los seis gatekeepers, por lo que al cumplimiento de la GDPR, se sumaba también la adaptación a las normas marcadas por la Unión Europea en la DMA para los servicios identificados en septiembre, es decir, que la compañía anunció y puso en marcha esta modalidad de pago por privacidad cuando ya era consciente de que tanto Facebook como Instagram debían someterse a un especial nivel de escrutinio.
Pese a que Meta afirmó que con este movimiento se adaptaba a la normativa europea, el pasado mes de marzo supimos que los reguladores del espacio común europeo no lo tenían tan claro y que, en consecuencia, se estaban cuestionando la legalidad (o, más bien, la falta de la misma). Por no hablar del enorme rechazo que suscitó, muy lógicamente, entre organismos y defensores de la privacidad de los usuarios, al ver que ésta se convertía en una opción de pago.
Lo que en marzo eran sospechas, en julio son certezas y es que, tal y como ha confirmado el comisario europeo Thierry Breton en el mensaje que puedes ver sobre este párrafo, las conclusiones preliminares de la Comisión Europea determinan que Meta ha incumplido la DMA con su política de «paga o consiente [el uso de tus datos]«. Eso sí, incido en que es una conclusión preliminar, por lo que Meta todavía podrá hacer valer sus argumentos frente a los reguladores para evitar las potenciales sanciones.
Dado que la investigación se inició en marzo, y que el plazo establecido para la misma es de un año, tendremos que esperar hasta marzo de 2025 para conocer las conclusiones definitivas y si, en base a las mismas, Meta tendrá que enfrentar sanciones económicas, que pueden llegar a elevarse hasta el 10% de la facturación global de la compañía. No obstante, también será interesante comprobar si, de manera preventiva, se produce algún cambio por parte de la tecnológica en los próximos meses, en respuesta anticipada a un dictamen en línea con las conclusiones que hoy se han hecho públicas.