A 24.700 millones de kilómetros de la Tierra, en el espacio interestelar, la sonda espacial Voyager 1 ha vuelto a darle un susto de muerte a la NASA. Pero, una vez más, el fallo que hizo temer por la misión se ha quedado en eso: un susto.
Contexto. La Voyager 1, la nave que más lejos está de la Tierra después de 47 años viajando hacia los confines del sistema solar, llevaba cerca de una semana ilocalizable, ignorando a sus ingenieros con un preocupante silencio de radio.
Si bien la NASA ha gestionado el incidente con discreción, los datos de la Red del Espacio Profundo revelaban que los controladores de la Voyager estaban buscándola activamente con las antenas de Madrid y Canberra.
Cronología de una desaparición. El 16 de octubre, el equipo de vuelo de las Voyager, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, envió un comando a la Voyager 1 para encender uno de sus calentadores.
La nave se encuentra a 23 horas luz de distancia, por lo que la instrucción tardó casi un día en llegar. Por esta misma razón, la respuesta no se esperaba hasta el 18 de octubre. Fue cuando la NASA se dio cuenta de que algo había salido mal: las antenas de la Red del Espacio Profundo recibieron unos pocos datos, como si la nave estuviera tratando de ahorrar energía. Y al día siguiente, el 19 de octubre, desapareció. Había saltado el sistema de protección contra fallos.
Un apagado automático. La pérdida repentina de comunicaciones con la Voyager 1 se debió al apagado automático de uno de los dos transmisores de radio de la sonda, el de la banda X, ha explicado la NASA en su blog.
El sistema protector contra fallos es lo que probablemente apagó el transmisor, pero la NASA sigue investigando qué causó el problema en primer lugar. Una posibilidad es que se apagaran los sistemas no esenciales para conservar energía después de que la nave sobrepasara su escaso suministro. Algo que la NASA no esperaba, ya que el generador de radioisótopos de la Voyager 1 debería contar aún con suficiente plutonio para encender el calentador.
Llamando a casa en la banda S. En cuanto a cómo han recuperado el contacto... en realidad, la Voyager nunca dejó de llamar a casa. Tras el apagado repentino del transmisor de ondas de la banda X, siguió usando el transmisor de la banda S. Este transmisor de radio requiere menos energía, pero no se había utilizado para comunicaciones de la Voyager 1 con la Tierra desde 1981.
Los ingenieros del JPL no estaban seguros de que las señales de la banda S, que son de distinta frecuencia y más débiles que la banda X, pudieran detectarse a tanta distancia. Pero finalmente, el 24 de octubre, lograron encontrar la nave con las antenas de la Red del Espacio Profundo de la NASA.
Tercer rescate consecutivo. Entre noviembre de 2023 y mayo de 2024, la Voyager 1 dejó de enviar datos científicos por culpa de un chip de memoria deteriorado. Tras localizar el problema, los ingenieros de la NASA lograron reubicar el código en otras partes de la escasa memoria de la nave y recuperar las comunicaciones.
Más recientemente, los controladores de la misión tuvieron que reencender unos motores que llevaban décadas inactivos para poder orientar la nave. Los tubos de combustible que estaba usando la Voyager 1 se habían obstruido por el envejecimiento de un diafragma de goma, y la sonda corría el riesgo de que sus antenas no pudieran mirar más en dirección a la Tierra.
La Voyager 1 se resiste a morir. Y la NASA se resiste a que muera. Gracias a la insistencia de sus ingenieros, la NASA ha recuperado las comunicaciones con la nave a través de la banda S para investigar la causa raíz del problema.
Podrían pasar semanas antes de que el equipo identifique lo que activó el sistema de protección contra fallos, pero la NASA no se arriesgará encender el transmisor de la banda X antes de reunir toda la información sobre lo ocurrido.
Imágenes | NASA