Google se hizo un hueco dentro del terreno de los dispositivos para hacer streaming y enviar contenido con Chromecast, su gallina de los huevos de oro. Sin embargo, un año antes del lanzamiento de la primera generación de Chromecast, Google tocó fondo en hardware con Nexus Q.
Se cumplen justo 12 años desde su anuncio, y si bien sentó las bases de lo que hoy día es Chromecast y los altavoces inteligentes de Google, Nexus Q fue todo un fracaso y una mancha más en la producción de hardware por parte de la compañía. La firma estaba tan perdida con este dispositivo que decidió incluso no lanzarlo a la venta.
Nexus Q, el primer intento de Google hacia el reproductor de streaming definitivo
En Xataka ya os hablamos de él en 2017, justo cuando Nexus Q cumplía cinco años desde su anuncio oficial en aquel Google I/O de 2012. Sin embargo, es interesante saber hasta qué punto ha influenciado el suceso del Nexus Q en la forma de hacer las cosas de la compañía, sobre todo ahora que ha pasado más de una década desde su presentación.
Nexus Q fue concebido como el "primer reproductor de streaming multimedia y social" de Google. La compañía quería ofrecer un producto que pudiese reproducir contenido multimedia directamente desde la nube, algo que aún se encontraba algo verde por aquel entonces. Sin embargo, tras haberse anunciado y lanzado para su reserva, a las pocas semanas la compañía decidió cancelar su puesta en venta hasta "poner en el mercado un producto mejor". Ahora que lo vemos en perspectiva, Google acabó retomando el hilo con Chromecast, y tras su éxito, Nexus Q quedó en el olvido.
Repasando un poco lo que ofrecía, Nexus Q contaba con un diseño esférico y conexiones en su parte trasera para la reproducción de contenido. También incorporaba luces LEDs en forma de anillo para indicar el estado en el que se encontraba el dispositivo, algo muy similar a lo que vimos después con la cuarta generación de altavoces Amazon Echo.
La mitad superior de la esfera servía para modificar el volumen, pues ésta podía girar para subir o bajar el volumen a nuestro antojo. Detrás se encontraban las conexiones: un puerto TOSLINK para los cabres de fibra óptica que transmitían el sonido, un puerto HDMI y un puerto Micro USB que estaba orientado a ofrecer conexión a futuros accesorios.
A través de sus conexiones era posible conectar este dispositivo a un televisor vía HDMI y disfrutar de vídeos de YouTube, o a unos altavoces para reproducir música desde Google Music, descartando servicios como Spotify, Netflix o Hulu, que ya estaban en auge en la época.
Una de las particularidades del desarrollo de Nexus Q era su ciclo de diseño y fabricación, pues Google decidió hacerlo en Estados Unidos, algo muy inusual en la industria electrónica, la cual centra su producción masiva principalmente en Asia. Además, tampoco era compatible con iOS o Windows Phone, ni siquiera funcionaba con PCs y portátiles, algo que intensificó aún más su fracaso.
El Nexus Q fue ideado principalmente para su uso a través de una app para Android, siendo el teléfono móvil el único mando a distancia compatible. Además, en cuanto a especificaciones, contaba con WiFi 802.11n y NFC, un procesador ARM OMAP 4460, 1 GB de RAM y 16 GB de almacenamiento.
De los fracasos se aprende
La firma lanzó el producto a un precio de 299 dólares, algo que había que sumar otros 399 dólares si queríamos contar con unos altavoces específicamente diseñados para combinarlos con este dispositivo. Su precio, junto a las poquísimas opciones de compatibilidad y servicios, hicieron que este dispositivo adelantado a su tiempo fracasara estrepitosamente.
Sin embargo, el fracaso de Google les llevó a sentar las bases de un dispositivo que, incluso a día de hoy, sigue siendo un referente: Chromecast. Este se convirtió en uno de los productos de hardware más exitosos de la compañía, y aprendió a través de Nexus Q a ofrecer un dispositivo económico y sin muchas de las limitaciones impuestas por la firma.
Imagen de portada | Google