La compañía, omnipresente en la vida de todos los que utilizan Internet en prácticamente cualquier lugar del mundo, nació de la mano de dos estudiantes de informática, Sergei Brin y Larry Page, que comenzaron a trabajar desde su dormitorio en el campus para buscar la manera de facilitar a los internautas la localización en Internet de la información que necesitaban. Los datos disponibles online comenzaban entonces ya a multiplicarse, y encontrar lo que se necesitaba en cada búsqueda, a pesar de que había varios motores y buscadores ya con fama por entonces, era cada vez más complicado.
Esta inquietud era el único punto en común que Page y Brin tenían cuando se encontraron por primera vez, y entonces chocaban tanto que si no llega a ser por eso, Google No habría visto nunca la luz. Corría el año 1005. Brin tenía entonces 23 años, y era un estudiante de Stanford. Page, de 24, estaba valorando la posibilidad de cursar estudios de posgrado en esa universidad, y la visitó durante un fin de semana.
Brin fue uno de los estudiantes a los que la universidad pidió que enseñase a Page, que venía de la Universidad de Michigan, sus instalaciones. Así lo hizo, y pronto quedó claro que no estaban precisamente de acuerdo en casi todo de lo que hablaban. Pero sí tenían claro que encontrar información en el futuro online iba a ser un problema, y gracias a que se centraron en lo que tenían en común, nació Google.
Primeros pasos de Google
A principios de 1996 Brin y Page empezaron a trabajar juntos en el desarrollo de un motor de búsqueda al que en un principio llamaron BackRub, un nombre que venía de la capacidad de analizar los enlaces entrantes a las webs del motor que diseñaban.
Como no tenían mucho dinero, les tocaba tirar de ingenio para conseguir su objetivo, como la creación de un entorno de servidores nuevo, con ordenadores desfasados en vez de con equipos de gama alta. Además, estaban continuamente explorando el entorno online de su facultad para localizar equipos nuevos que pudieran conectarse a su red para ampliar la capacidad de sus servidores.
Un año después de comenzar, la capacidad del buscador para analizar los enlaces entrantes a las páginas web hizo que su buscador tuviese ya cierto éxito entre los más jóvenes de una creciente comunidad de usuarios de Internet. Y poco a poco, el motor se fue perfeccionando. Ambos realizaron paralelamente su primera inversión, comprando con un gran descuento un lote de discos duros que sumaban un terabyte de capacidad. Con ellos montaron un rudimentario centro de datos en el dormitorio de Page, el primero de Google.
Paralelamente, Brin abrió una oficina para la empresa y comenzó a buscar socios a los que preguntaba si querían utilizar un motor de búsqueda que les daría mejores resultados que la media. Por aquel entonces, ni Brin ni Page parecían muy interesados en hacer crecer una empresa a partir de lo que habían conseguido hasta entonces.
Los responsables de no pocos portales web, además, no supieron ver el potencial que tenía entonces el producto, y Brin y Page decidieron probarlo ellos mismos. Para ello empezaron a buscar inversores para conseguir abrir su buscador. El primero fue Andy Bechtolsheim, uno de los fundadores de Sun Microsystems, que les extendió un cheque por 100.000 dólares nada mas ver la demostración del buscador. Además, como solía suceder en estos casos, también contribuyeron amigos y familiares, y cuando contaban con un millón de dólares de capital, a mediados de 1998, nació Google como empresa en Menlo Park (California).
Como sucedía en otras empresas, su primera oficina estaba en un garaje, y además de Brin y Page, la empresa tenía un tercer empleado: Craig Silverstein, Director del departamento técnico. Entonces, su buscador, google.com, procesaba unas 10.000 búsquedas cada día. Se había lanzado en fase de pruebas, tal como sucedería después con muchos de los productos de la compañía, pero aún así, pronto comenzó a despertar el interés de la prensa, lo que le dio repercusión internacional y subió su nivel de búsquedas.
Después de que PC Magazine la incluyese en su lista de los 100 principales motores de búsqueda y páginas web, comenzaron a llegar los clientes de peso. El primero en utilizar a nivel comercial sus servicios de búsqueda fue la compañía dedicada al open source Red Hat.
Llegan los inversores, crece la plantilla y nacen sus primeros servicios
Poco antes del inicio del verano de 1999, el 7 de junio, Google anunció que había recibido 25 millones de dólares de financiación de dos de las principales inversoras de Silicon Valley: Kleiner Perkins y Sequoia Capital. Ambas entraron además a formar parte de la junta directiva de la empresa con un representante cada una, a la que pronto se unió un tercer inversor, Ram Shriran, CEO de Junglee.
Google empezó poco a poco a contratar empleados, ya reconocidos expertos en las empresas en las que trabajaban. Omid Kordestani llegó de Netscape para ser Vicepresidente de la junta directiva. Urs Hölzle, de la Universidad de California, se convirtió en el Vicepresidente del Departamento de Ingeniería de Google.
También cambiaron las oficinas de la compañía, que pasaron a estar en Mountain View, donde sigue todavía su sede principal: el Googleplex. Las oficinas eran diáfanas y en el mobiliario no invirtieron mucho. De hecho, algunas de sus mesas eran trozos de puertas viejas. En lo que sí invirtieron fue en ordenadores, dejando claras las prioridades.
Ya en junio de 2000, muy poco después, Google se convirtió oficialmente en el mayor motor de búsqueda de Internet, con un directorio de más de mil millones de páginas web. En 2001 Google nombró un nuevo CEO: EricSchmidt, que llegaba para ser la cara «adulta» de la empresa, y funcionar un poco a modo de supervisor de Page y Brin.
Ocupó dicho puesto hasta 2011, cuando le devolvió el cargo a Page, aunque seguiría siendo Presidente ejecutivo de Google y después de Alphabet hasta enero de 2018. A mediados de 2019, abandonó la junta directiva de la compañía, y la empresa.
Su crecimiento fue exponencial, y ya no tuvieron que buscar más inversores. Consiguieron pronto la estabilidad financiera, dado que muchas empresas integraron el motor de búsqueda de Google en sus páginas, a la vez que subían sus usuarios. Además, crearon un programa de publicidad basado en programas clave, que se convirtió en un gigante de los anuncios online en poco tiempo. Entonces, en sus primeros tiempos, ya contribuyó en gran medida a que Google llegase pronto a los beneficios.
En 2004 tenían 500 millones de páginas indexadas, y Google lanzó Google Local, que en poco tiempo se convirtió en Google Maps, para mostrar a sus usuarios el camino más corto y rápido a los negocios y establecimientos de sus alrededores.
A mediados de la primera década del siglo, la compañía llegó a un acuerdo con su principal competidor entonces, Yahoo, que además de aumentar su prestigio en tecnología también mejoró sus cuentas. Entonces ya tenía 18 millones de búsquedas diarias, y para 2010 se multiplicaron hasta los 100 millones.
Google debuta en bolsa y se expande a otros países
En 2004 Google sale a bolsa, lo que convierte a sus fundadores, Brin y Page, en multimillonarios. Ese mismo año Google anuncia que lanzará un servicio gratuito de correo electrónico, Gmail, que ofrecía 1 Gigabyte de espacio gratuito que pronto subió a tres, con su sistema de publicidad integrado en los mensajes. De esta manera nacieron sus críticos, en este caso relacionados con la protección de datos, ya que el contenido de estos mensajes estaba sujeto a inspección para encontrar palabras clave que relacionar con anuncios de publicidad.
Empieza también la expansión de Google como compañía a otros países. Abre oficinas en la Unión Europea, en Dublin. También lo hace en Mexico City y Sao Paulo. En 2005 llega Google China, aunque cerró en 2010 por la censura de las autoridades del país. Por aquel entonces, en noviembre de 2006, hace quizá su compra más importante y significativa hasta la fecha: la plataforma de vídeo YouTube.
Con este paso, Google se hace con un gigante de los medios online, que permite a sus usuarios subir su contenido, pero en el que cada vez tienen más peso los formatos online de producción profesional. En 2019 ya se veían en la plataforma unos 5.000 millones de vídeos al día, y se ha convertido en un canal con una oferta de contenidos que puede rivalizar con los de las compañías de streaming o las operadoras de cable y TV convencional. En la actualidad cuenta incluso con un plan de pago, YouTube Red, con contenidos exclusivos y de calidad.
Primeros problemas legales serios
Pero volvamos de nuevo a los pasos de Google al principio de la segunda década del siglo. Es entonces cuando comienzan sus problemas legales con las autoridades de varios países, aunque en un primer momento sus encontronazos con la ley se saldan con victorias como la que consiguió en 2013 ante la Comisión federal de comercio. Entonces, los tribunales llegaron a la conclusión de que Google no favorecía a sus propios servicios y productos con respecto a los de otros proveedores en las búsquedas de Google.
Esta victoria sembró muchas dudas, y quedó pronto claro que la consiguió a base de hacer lobby. En 2015 se confirmó que los comisarios de la FTC habían impuesto su opinión a las recomendaciones de los funcionarios, que señalaron que el comportamiento de Google estaba dañando a la competencia. El dinero que Google invierte en hacer lobby, no solo en EEUU sino también en la Unión Europea, no ha parado de aumentar desde entonces.
En esta región la compañía se las tiene que ver regularmente con la comisión de competencia. En los últimos años, la Comisaria de competencia Margrethe Vestager ha lanzado contra ellos tres casos de mucho peso, que han tenido como consecuencia multas multimillonarias: 2.400 millones en 2017 por abuso de posición dominante con Google Shoopping, 4.300 millones en 2018 por prácticas ilegales con Android y 1.500 millones en 2019 por prácticas injustas en publicidad online.
A finales de 2019 Google regulariza su situación fiscal en la Unión Europea, después de varios años utilizando la práctica legal conocida como «sandwich doble irlandés-holandés» para evitar el pago de impuestos en varios países de Europa. Hasta entonces, la compañía transfería el dinero obtenido en la región, a través de una filial en Países Bajos, a un holding registrado en Irlanda con domicilio fiscal en Bermudas, donde no hay impuestos a los ingresos.
A partir del 31 de diciembre de 20198 dejó de licenciar su propiedad intelectual a través de Bermudas para hacerlo desde Estados Unidos, al mismo tiempo que llegaba la fecha en la que Google dejó de gozar de ventajas fiscales en Irlanda, algo decidido en 2014 tras años de presiones de la Unión Europea.
Desde Alphabet, el paraguas de Google, hasta la actualidad
Mientras sus problemas legales y organizativos iban en aumento, llegó un punto en el que Google y su actividad no eran suficiente para Page y Brin, y decidieron que había llegado el momento de crear una empresa matriz para Google y otras compañías derivadas de su actividad y de las inquietudes de sus fundadores. Así llegó Alphabet el 10 de agosto de 2015, con Larry Page como su CEO y Sergei Brin como Presidente.
Google se convirtió en su principal filial, y Alphabet se dedica desde entonces a la administración de los productos y servicios de Google. Su misión es dedicarse a I+D de nuevas tecnologías y productos, como Google Fiber, y para la creación de filiales que engloban uno o varios productos o servicios relacionados una vez que tienen cierto nivel de desarrollo y posibilidades de expansión.
Sundar Pichai, máximo responsable de Android, y también de Chrome, Gmail, Docs, Maps y los equipos Chromebook; se convirtió entonces en el máximo responsable de Google. Su papel creció exponencialmente en poco tiempo. En 2019 llegaron nuevos cambios para la compañía, esta vez en su dirección.
Page y Brin comunicaron el 3 de diciembre que daban un paso atrás en sus puestos y dejaban de formar parte del día a día de Alphabet y Google. No fue una sorpresa, ya que llevaban tiempo apareciendo cada vez menos por sus oficinas. Pichai se convirtió entonces en CEO de Alphabet y Google, y Page y Brin quedaron como fundadores, accionistas y miembros de la Junta Directiva de Alphabet.
Como hemos mencionado, la principal empresa de Alphabet es Google, con un motor de búsqueda que supera los 3.500 millones de búsquedas diarias y una cuota de mercado que supera el 90% del total. Pero su principal área es la de publicidad online, cuyos ingresos superan ampliamente el 80% del total de los de la empresa.
También engloba servicios como Google Analytics, y aplicaciones como YouTube, Chrome, Google Maps, Google Earth o Google Street View. Además, incorpora las herramientas de mensajería de la compañía, como Chat y Meet, y el servicio de correo Gmail, así como la tienda de apps Google Play. El hardware fabricado por la compañía también es cosa de Google, como los smartphones Pixel o los Chromebooks, entre otros. Y por supuesto, su división Cloud, una de las de mayor crecimiento a nivel empresarial en los últimos años.
Bajo el paraguas de Alphabet también están la inversora Google Ventures, la división de investigación y desarrollo Google X, la compañía de IA DeepMind, la empresa dedicada a la conducción autónoma Waymo, las biotecnológicas Calico y Verily, la empresa de drones Wing o Sidewalk Labs, centrada en estudiar cómo mejorar las ciudades para la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
Desde entonces hasta ahora, tanto Alphabet como Google no han dejado de crecer, y han superado ya los 250.000 millones de ingresos anuales. Su plantilla se cuenta por miles de empleados en todo el mundo, y durante la pandemia hizo crecer sus equipos contratando cientos de nuevos trabajadores, algo en lo que coincidió con otras tecnológicas com Meta.
No obstante, el final de la pandemia y el ajuste producto de su fin y de varios acontecimientos económicos y geopolíticos hizo que a primeros de 2023, el 20 de enero, anunciase que iba a despedir nada menos que a 12.000 empleados, el 6% del total. Nunca, en sus 25 años de historia, había despedido Google de manera tan masiva a sus empleados.
No pocos ven esta medida como el último clavo en el ataúd de la antigua filosofía de la empresa, que no hace tanto tiempo señalaba al lema «don´t be evil» como su motor, y animaba a sus empleados a dedicar una parte de su tiempo de trabajo al desarrollo de sus proyectos personales (un 10%). De hecho, esta filosofía hizo que algunos de sus productos y servicios saliesen de estos proyectos.
Pero ahora, más centrada en obtener beneficios y satisfacer a sus accionistas, y ya con sus fundadores fuera del día a día, en Alphabet han decidido centrarse más en sus proyectos con más proyección de futuro, como el caso de la Inteligencia Artificial, a la que dedicarán más recursos después de recortar gastos en otros departamentos. Esto ha hecho que caigan no pocos proyectos, como los de la incubadora interna Area 120. Mientras tanto, tendrán que ver cómo salir airosos del que es hasta ahora el mayor juicio por monopolio de EEUU, abierto desde hace varias semanas en su contra.