Google da vía libre al uso de inteligencia artificial para armas

Google ha retirado de su sitio web el compromiso de no usar inteligencia artificial para armas o vigilancia masiva.

Corría el mes de mayo de 2018 cuando 4.000 empleados de Google firmaron una petición interna en el que exigían a la compañía su salida del Project Maven, un programa militar de inteligencia artificial y aprendizaje automático impulsado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos. Los empleados de Google fueron apoyados por científicos y académicos y Google se vio obligado a cancelar el contrato y publicar compromisos contra el uso de la IA en armamento militar.

Los principios originales esbozados por el director ejecutivo Sundar Pichai a mediados de 2018, incluían una sección sobre "aplicaciones de inteligencia artificial que no implementaremos". En la parte superior de la lista se encontraba el compromiso de no diseñar ni implementar inteligencia artificial para "tecnologías que causen o puedan causar daño general" y una promesa de sopesar los riesgos para que Google "procediera solo cuando creyera que los beneficios superan sustancialmente los riesgos".

En concreto, Google prometió evitar:

-Armas u otras tecnologías cuyo propósito principal o implementación fuera causar o facilitar directamente daños a las personas. 

-Tecnologías que recopilasen o utilizasen información para vigilancia violando normas internacionalmente aceptadas. 

-Tecnologías cuyo propósito contraviniera principios ampliamente aceptados del derecho internacional y de los derechos humanos.

Vía libre al uso de inteligencia artificial para armas

A pocos puede extrañar que Google ha dado marcha atrás a todos esos «principios». El mercado de la IA es un negocio floreciente (aunque la irrupción de DeepSeek ha confirmado que el sector está infladísimo) y nadie quiere estar fuera, aunque sea para actividades de alto riesgo como la que nos ocupa.

Mientras que grupos de expertos, ingenieros e investigadores promovieran en su día un parón temporal en el desarrollo de la IA para encontrar una mínima regulación que evite su descontrol en el futuro, el mercado ha hecho todo lo contrario: acelerar las inversiones.