Varios miembros de la antigua dirección de Twitter, que fueron despedidos a los pocos minutos de que Elon Musk accediese a las instalaciones de la compañía como su nuevo dueño, han demandado a Elon Musk reclamando sus indemnizaciones por despido, que no han recibido y que superan en conjunto los 128 millones de dólares.
La demanda, presentada está interpuesta por el antiguo CEO de la compañía, Parag Agrawal; su ex CFO, Ned Segal; su exconsejera legal Vijaya Gadde y su exconsejero general Sean Edgett. Los cuatro afirman que no han recibido ni un céntimo de la indemnización que tendrían que haber recibido por su despido, que según ellos se ejecutó sin que hubiese motivos para ello.
Los directivos señalan en la demanda, que dado que Elon Musk no quiere pagar sus indemnizaciones «se inventó una causa falsa y se apoyó en empleados de sus empresas para sostener su decisión«. La demanda apunta también a que no pagar las indemnizaciones ni las facturas es parte de un patrón de Musk, al que han demando muchos otros antiguos empleados de todos los niveles que no han recibido indemnización después de que Musk despidiese a varios miles de ellos.
En la denuncia, presentada ante un tribunal federal del Distrito Norte de California, se destaca también que «bajo el control de Musk, Twitter se ha convertido en un delincuente, abusando de empleados, caseros y proveedores, entre otros. Musk no paga sus facturas, cree que las normas no le afectan y usa su riqueza y poder para pisotear a cualquiera que no esté de acuerdo con él».
Los directivos despedidos y demandantes señalan que sus planes de indemnización por despido otorgaban a cada uno de ellos un año de salario, además de opciones sobre acciones con la cantidad en la que estaban valoradas en el momento del precio de compra de Twitter. Musk compró la compañía por 44.000 millones de dólares, o 54,20 dólares por cada acción, y tomó su control en octubre de 2022.
Entonces fueron despedidos sin causa que justificase su salida. En los planes de despido por los que podían ser definidos estaban bastante claros, y eran tan concretos como ser declarado culpable de cometer un delito, negligencia manifiesta y grave o mala conducta deliberada. Según la demanda, Musk alegó como motivo de los despidos «negligencia manifiesta y grave y mala conducta deliberada«, en parte porque Twitter pagó a abogados externos por su trabajo para el cierre de la operación de compra.
Los directivos señalan que tuvieron que pagar para cumplir con sus obligaciones fiduciarias con la empresa. La demanda recoge que «si Musk creía que los pagos de las tarifas de los abogados, o cualquier otro pago, no eran correctos, la solución que tenía es intentar acabar con el acuerdo, no retener las indemnizaciones por despidos de los directivos tras el cierre del acuerdo«.
Como consecuencia de este hecho, y de muchos otros parecidos, la empresa, que ahora se llama X, se enfrenta a un gran número de demandas por facturas impagadas, algo que también apunta esta demanda, señalando también el pasotismo del ahora propietario de la empresa, ya que «en línea con la actitud de pasotismo que ha demostrado con respecto a sus obligaciones financieras, la actitud de Musk en respuesta a estas demandas, que siguen creciendo, ha sido decir: que demanden«.