La Administración Federal de Aviación de los Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) suspendió el programa de lanzamiento del SpaceX Starship mientras duren las investigaciones por la explosión del cohete ocurrida la semana pasada.
El despegue del Starship, llevado a cabo el jueves 20 de abril desde las instalaciones de SpaceX en el puerto espacial de Boca Chica, Texas, terminó con la destrucción de la nave espacial no tripulada en pleno vuelo, poco después de salir de la plataforma de lanzamiento.
"Ocurrió una anomalía durante el ascenso y antes de la separación de etapas, lo que resultó en la pérdida del vehículo. No se han reportado lesiones ni daños a la propiedad pública", informó la FAA en un comunicado.
"Un regreso al vuelo del vehículo Starship/Super Heavy se basa en que la FAA determine que cualquier sistema, proceso o procedimiento relacionado con el accidente no afecte la seguridad pública. Esto es una práctica estándar para todas las investigaciones de accidentes", agregó la agencia estadounidense.
Antes de su explosión, Starship era el cohete más poderoso de la historia y el más grande jamás construido. El cohete de dos etapas, más alto que los 120 metros de la Estatua de la Libertad, despegó del puerto espacial y centro de pruebas Starbase de la empresa para lo que iba a ser un vuelo de 90 minutos y su debut espacial.
Durante la transmisión en vivo del despegue, un funcionario de Space X aseguró que la explosión fue "lo que llamamos un desmontaje rápido no planificado".
La compañía espacial con la que Elon Musk quiere llegar y colonizar Marte detalló que los equipos continuarán revisando los datos y trabajando para la próxima prueba de vuelo.
Redacción AN / BJC