A pesar de estar ante un móvil de 959 euros, Apple ha decidido dejarse por el camino varias características clave que llevamos años viendo en otros dispositivos mucho más baratos.
Un año más, Apple está en el punto de mira por una decisión que lleva tomando desde hace un buen tiempo. 2024 no ha sido el año en el que el iPhone 16 se quite del encima las críticas sobre su pantalla. Y, aunque se repiten hasta la saciedad, están totalmente justificadas. La compañía ha hecho un buen trabajo de rediseño, ha integrado un botón de cámara muy avanzado y nos ha presentado nuevos colores de lo más interesantes, pero... ¡ahí siguen los 60 Hz!
Así es, la compañía de Cupertino ha vuelto a lanzar un iPhone de 959 euros —o 1.109 euros si eliges la versión Plus— con una pantalla, cuanto menos cuestionable. El panel del iPhone 16 es OLED, probablemente tenga una de las mejores representaciones de color de la gama alta, una buena densidad de píxeles y unos biseles finos, pero sigue anclada en una tasa de refresco arcaica.
Es verdaderamente curioso, pues en 2024 hay pocos smartphones nuevos con 60 Hz. Solo los más económicos, esos que rozan los 100-150 euros ofrecen esta especificación. De hecho, móviles como el CMF Phone 1 —en oferta por 219 euros— tienen un panel OLED, 120 Hz y una atenuación con brillo bajo de 960 PWM.
El iPhone 16 mantiene la tecnología OLED, pero reduce a la mitad la tasa de refresco y también la atenuación hasta los 480 PWM. No sería algo especialmente preocupante si no fuese por los 740 euros que los separan.
Y, bueno, Apple tampoco marca la diferencia en otros aspectos como el brillo del panel. Los iPhone 16 y 16 Plus se han lanzado con 1.000 nits estables y 2.000 de pico HMB, una cifra a la que fácilmente se acercan —incluso superan— móviles de 300-400 euros. Un buen ejemplo puede ser el Realme GT 6T, que cuesta 379 euros.
Apple, la reina de la experiencia, sigue en sus trece con el iPhone 16
Si hay algo que caracteriza a Apple es la experiencia de usuario. Da igual qué producto estés utilizando, casi siempre va a conseguir sorprenderte y armonizar cualquier acción de forma sublime. Por supuesto, no todo lo que lleva una manzana es perfecto, pero el gran ecosistema de la compañía hace que ciertos aspectos negativos queden eclipsados.
No es el caso de los 60 Hz. Todavía recuerdo el salto de nivel más importante que viví analizando smartphones. Fue cuando probé un móvil con panel a 120 Hz por primera vez. No me acuerdo de qué dispositivo era, pero sí de cómo cambio mi percepción a la hora de utilizar y disfrutar una pantalla.
Dicho esto, no entiendo cómo es posible que Apple siga optando por los 60 Hz en el iPhone 16, cuando el salto a una tasa de refresco mayor es, bajo mi punto de vista, uno de los avances más importantes de la industria móvil en los últimos 10 años. El upgrade en resolución está bien, la tecnología OLED también, lo mismo con la inclusión de tecnologías como el HDR10+ o el aumento generacional del brillo, pero el paso de 60 a 120 Hz es un cambio que eclipsa al resto de mejoras y que, cuando pierdes, echas mucho en falta.
La reina de la experiencia lo sabe, pero sigue estirando el chicle en una cuestión que ya no debería admitir debate. En su día, cuando los 120 Hz empezaron a florecer, tenía sentido ofrecerlos como algo exclusivo y destinado solo a los móviles más avanzados dentro del catálogo, pero ahora es posible toparse con esta característica en el rango de los 200 euros.