Epic Games, creador del popular Fortnite, ha vencido en los tribunales a Google después de una batalla legal que ha durado tres años y que puede cambiar radicalmente la realidad a la que se enfrentan los desarrolladores de apps que venden sus títulos a través de la tienda de aplicaciones de Google para dispositivos portátiles, la Play Store.
Un jurado de San Francisco ha decidido, por unanimidad y después de un juicio que ha durado aproximadamente un mes, que Google ha violado las leyes antimonopolio limitando la competencia a los desarrolladores de apps en su tienda de apps para Android. Además, el jurado estuvo de acuerdo en que Epic Games probó que había resultado perjudicada como resultado de las medidas tomadas por Google, y que «Google consiguió y mantuvo deliberadamente el poder el monopolio adoptando conductas anticompetitivas«.
El CEO de Epic Games, Tim Sweeney, ha mostrado su alegría por el veredicto en redes sociales, subrayando que el jurado a declarado a Google culpable de todos los cargos y asegurando que las deliberaciones del tribunal sobre las medidas a tomar empezarán el próximo mes de enero.
Epic también ha ofrecido más detalles sobre la sentencia y lo que significa en un comunicado, en el que señala que «el veredicto de hoy es una victoria para todos los desarrolladores de apps y consumidores del mundo. Prueba que las prácticas de Google con su tienda de apps son ilegales y que abusan de su monopolio para cobrar tarifas desorbitadas, eliminar la competencia y reducir la innovación«.
Los responsables de la compañía han recordado también que «las pruebas presentadas en este caso demuestran la necesidad urgente que hay de legislación y normativas que aborden el dominio de Apple y Google sobre los smartphones, incluyéndola en leyes prometedoras que están en proceso en la actualidad. como la Ley de mercados digitales, competencia y consumo en Reino Unido, y la Ley de mercados digitales en la Unión Europea«.
Epic Games demandó a Google en agosto de 2020 para «terminar con las limitaciones monopolísticas y anticompetitivas» de la compañía. Se centraba específicamente en el dominio absoluto de Google de la distribución de apps en Android, y el uso obligatorio del sistema de facturación de Google Play para las transacciones realizadas dentro de las apps, de las que Google se queda con un porcentaje notable: un 15% en el caso de las suscripciones cuando se renuevan automáticamente, más un 15% adicional de cuota de servicio para el primer millón de dólares de ingresos obtenido por cada desarrollador anualmente. Esta última cantidad puede llegar hasta un 30% para los desarrolladores que ganan más de un millón de dólares.
En el texto de la demanda interpuesta contra Google (Epic también puso otra parecida a Apple ese mismo año), la compañía alega que Google violó la Ley Sherman y la Ley Cartwright. La primera es una ley federal aprobada a finales del siglo XIX que se ocupa de presentar la libre competencia como norma de comercio, y la segunda, una ley estatal que prohibe la actividad anticompetitiva en el territorio de California.
En el texto de la demanda, Epic Games señalaba que «Google ha eliminado la competencia en la distribución de apps de Android utilizando un sinfín de barreras técnicas y contractuales. Las acciones de Google fuerzan a los desarrolladores de apps y a los consumidores a utilizar su propia tienda de apps monopolizada, la Play Store. Google se ha erigido por tanto en un intermediario inevitable para los desarrolladores de apps que quieran llegar a los usuarios de Android, y viceversa. Google utiliza este poder monopolístico para imponer una tasa que extrae para sí beneficios del monopolio«.
Google se ha llevado sin duda un duro revés con esta sentencia, pero la batalla todavía no ha terminado. Los de Mountain View tienen intención de apelar la decisión del jurado, y sin duda intentarán seguir defendiéndose para evitar tomar medidas que den más libertad para la distribución de apps a los desarrolladores y compañías que lanzan apps para dispositivos con Android.