Empleados de Facebook se rebelan contra su empresa

No ha sentado nada bien que Mark Zuckerberg no siga los pasos dados por Twitter esta semana.

Y es que pese a que Donald Trump ha seguido publicando en ambas redes sociales sus clásicos «mensajes incendiarios», la respuesta de las dos plataformas ha sido completamente diferente.

Mientras que Twitter ha calificado en los últimos días dos mensajes del presidente de los Estados Unidos como «potencialmente engañosos» y ha invitado a los lectores a verificar los hechos, en Facebook se han limitado a no hacer nada. O casi nada.

Una vez más Mark Zuckerberg ha salido al paso de la polémica afirmando que Facebook debe asumir una política de no intervención en la agenda pública, incluso cuando si se comprueba que funcionarios electos y otros personajes de gran popularidad publican fake news  o mentiras… ya que «es el público el que tiene que decidir qué creer».

El problema es que en esta política de no intervención, empiezan a aparecer las primeras grietas. Como cuenta el New York Times, cientos de empleados de la red social más importante del planeta han dicho basta. Y es que la muerte de George Floyd a manos de la policía el pasado jueves y las protestas que se han originado en consecuencia, se han convertido en la gota que ha desbordado el vaso.

Confinados en sus casas, muchos de los empleados de Facebook se han negado a trabajar como muestra de apoyo a las manifestaciones que desde hace días recorren las principales ciudades del país. Para evidenciarlo, han publicado un «out of the office» en sus perfiles digitales y correos electrónicos en el que afirman estar fuera de la oficina como muestra de protesta.

Eso de puertas hacia fuera. A nivel interno corren como la pólvora las peticiones para que la compañía actúe con contundencia frente a las fake news que casi a diario publica Donald Trump, a lo que se han sumado amenazas de dimisión de importantes cargos si Facebook no da un importante giro de timón en su política de no intervención. En este sentido, fuentes consultadas por la publicación americana aseguran que el clima de descontento que se vive en Menlo Park, «se ha convertido en el desafío más serio para el liderazgo de Mark Zuckerberg desde que la compañía fue fundada hace 15 años».

Entre las publicaciones que desde hace días inundan los grupos internos de discusión de Facebook el sentimiento es de clara frustración, con mensajes rescatados por la publicación que afirman: «La odiosa retórica que aboga por la violencia contra los manifestantes negros por parte del Presidente de los EE.UU. no justifica su defensa bajo el disfraz de la libertad de expresión» o «Junto con los empleados negros de la empresa, y todas las personas con conciencia moral, pido que Mark retire inmediatamente el post del Presidente que aboga por la violencia, el asesinato y la amenaza inminente contra los negros».

En la «publicación de la discordia» Donald Trump acusaba al alcalde de Minneapolis (la ciudad en la que George Floyd fue asesinado) de ser muy débil, pertenecer a la izquierda radical y ser incapaz de mantener el control de la ciudad, amenazando con mandar a la Guardia Nacional para controlar las protestas, añadiendo la expresión «cuando los saqueos empiezan, los disparos comienzan».

Cuestionado por la posición neutral que estaba manteniendo la plataforma, Zuckerberk explicó en un post publicado en la propia red social que «personalmente, tengo una reacción negativa a este tipo de retórica divisiva e inflamatoria. Pero soy el responsable de reaccionar no solo a título personal, sino como líder de una institución comprometida con la libertad de expresión».

El problema es que muchos de los empleados que reaccionaron a esta declaración aseguraron que o era lo mismo proteger la libertad de expresión de lo que calificaron como de incitación al odio. Lo cierto es que Facebook sí que prohíbe explícitamente y elimina las publicaciones que incitan al odio o a la violencia. Sin embargo en este caso, la red social asegura que estaríamos hablando del ejercicio de la violencia por parte del estado, lo cual afirman, es completamente diferente.

Como primera medida para calmar los ánimos, Zuckerberg ha decidido retrasar unos días su reunión semanal con los empleados y según aseguran desde la compañía, se dará la oportunidad a los mismos de cuestionar y hablar abiertamente con el fundador de la multinacional sobre todos estos temas.

Pero mientras todo esto ocurre, aumenta la presión en los chats privados para que caigan los primeros responsables, señalando en primer lugar a Joel Kaplan, su vicepresidente de política global y una de las voces más conservadoras y alineadas con los intereses del partido republicano dentro de la empresa.