Elon Musk ha dado un paso más en su batalla contra OpenAI, añadiendo a Microsoft como acusado en una demanda que busca cuestionar el dominio de ambos en el mercado de la inteligencia artificial. Este movimiento, lejos de ser una sorpresa, se suma a una larga serie de críticas públicas de Musk hacia la colaboración entre las dos empresas. Ahora, su acusación no solo señala prácticas anticompetitivas de OpenAI, sino que también apunta a Microsoft como pieza clave en una supuesta "fusión de facto" diseñada para monopolizar el sector de la IA generativa.
La demanda, presentada en un tribunal federal de California, acusa a OpenAI y Microsoft de desviarse del propósito original con el que OpenAI fue fundada en 2015: desarrollar inteligencia artificial en beneficio de toda la humanidad. Musk, quien cofundó OpenAI pero abandonó la organización en 2018 tras desacuerdos estratégicos, alega que la transformación de la empresa en una entidad con fines lucrativos, junto con su asociación estrecha con Microsoft, ha traicionado esa misión inicial. Entre las acusaciones iniciales, también señala que OpenAI ha reclutado agresivamente talento de otras empresas y ha desincentivado la inversión en su propia compañía de IA, xAI.
El giro actual no solo incluye a Microsoft, acusada de reforzar un presunto monopolio a través de prácticas anticompetitivas. Musk sostiene que Microsoft ha utilizado su influencia financiera y tecnológica para consolidar una alianza con OpenAI que limita la competencia en el mercado. Además, la demanda incluye al empresario Reid Hoffman, exmiembro del consejo de OpenAI y actual integrante de la junta directiva de Microsoft, como parte del entramado que Musk busca desmantelar. En este contexto, el magnate no solo exige que se anulen los acuerdos clave entre OpenAI y Microsoft, sino que también reclama que ambas compañías devuelvan las ganancias obtenidas a través de estas prácticas.
Por su parte, OpenAI ha calificado las acusaciones de infundadas, mientras que Microsoft ha optado por no hacer comentarios sobre el caso. Aunque los argumentos de Musk han captado la atención, su propia posición no está exenta de críticas. Desde que fundó xAI en 2023, Musk también persigue un lugar destacado en el mercado de la inteligencia artificial, lo que arroja dudas sobre si esta disputa refleja una preocupación genuina por el sector o un movimiento estratégico para recuperar terreno frente a rivales como OpenAI y Microsoft, algo que no debería extrañarnos, conociendo al personaje.
La batalla legal, además de ser un enfrentamiento entre titanes tecnológicos, pone de manifiesto los retos que enfrenta un sector que crece a pasos agigantados, pero que podría estar cada vez más concentrado en manos de unas pocas empresas. ¿Se trata de una lucha por un mercado más justo o de una estrategia para reequilibrar poderes entre gigantes? Por ahora, lo que queda claro es que las tensiones en torno a la inteligencia artificial están lejos de disiparse.