La pelea de Elon Musk contra los anunciantes de Twitter ha tomado un nuevo giro. X recurrió a los tribunales para demandar a un grupo de empresas de boicotear la red social. De acuerdo con la compañía, los principales anunciantes conspiraron para retener miles de millones de dólares en ingresos publicitarios.
En una carta abierta a los anunciantes, Linda Yaccarino acusó a las compañías de boicotear la red social. La directora ejecutiva de X se basa en un reporte del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la cual afirma que empresas pertenecientes a la GARM (Alianza Global para Medios de Comunicación Responsables) acordaron no anunciarse en X.
Según el Comité, la GARM y sus miembros "organizaron directamente boicots y utilizaron otras tácticas indirectas para atacar plataformas, creadores de contenido y organizaciones de noticias". Yaccarino señaló que este boicot provocó pérdidas por miles de millones de dólares a X y dejó sin opciones a los usuarios de la red social. Debido a ello, la compañía presentó una demanda en un Tribunal de Distrito Norte de Texas contra los anunciantes.
Elon Musk y compañía basan su acusación en una de las políticas de la GARM. Esta iniciativa, creada por la Federación Mundial de Anunciantes (WFA), tiene como objetivo asegurar que los anuncios no se mostrarán junto a contenido ilegal o dañino. La GARM incluye a las principales agencias y empresas de publicidad, quienes exigen políticas de moderación estrictas en las plataformas.
Los anunciantes organizaron boicots ilegales contra X, acusa su CEO
Linda Yaccarino dijo que han trabajado con especialistas de marketing para demostrar que los anuncios llegarán a las audiencias de forma segura. No obstante, muchas empresas "optaron por ignorar los hechos", por lo que ahora han decidido contraatacar.
De acuerdo con la demanda, los miembros de la GARM conspiraron para retener colectivamente miles de millones de dólares en ingresos publicitarios de Twitter. Entre los acusados se encuentra la Federación Mundial de Anunciantes, Unilever, Mars, CVS Health y Orstead.
"Preocupados de que Twitter pudiera desviarse de ciertas normas de seguridad de marca para la publicidad en plataformas de redes sociales establecidas a través de GARM, los conspiradores actuaron colectivamente para hacer cumplir la adhesión de Twitter a esas normas a través del boicot."
Linda Yaccarino indica que estas acciones amenazaron su capacidad de prosperar en el futuro. Mientras tanto, Elon Musk invitó a cualquier empresa que haya sido boicoteada por anunciantes a presentar una demanda. "También puede haber responsabilidad penal a través de la Ley RICO", dijo en una publicación de X.
El drama de los anunciantes comenzó cuando Elon Musk tomó el control de Twitter. Tras el cierre de los equipos de moderación, muchos activistas cuestionaron la seguridad de la red social. Algunos estudios indicaron que el contenido de odio se incrementó, por lo que los principales anunciantes decidieron retirar su inversión.
Lejos de abogar por su regreso, Elon Musk los mandó a la mierda. "Intentamos la paz durante 2 años, ahora es la guerra", dijo el magnate.