Esta es la carta de presentación del nuevo ThinkPhone de Motorola, un teléfono inteligente que llega al mercado para disputar el trono a Apple y Samsung en el terreno corporativo.
Y lo hace, como veremos en nuestro análisis, con argumentos sólidos. El primero, uno de los que más preocupan a las organizaciones, el de la seguridad. La compañía promete actualizaciones garantizadas en este sentido,durante cuatro años. En este terreno cuenta además con ThinkShield, una plataforma de seguridad avanzada con políticas de seguridad específicas para mejorar la protección del dispositivo, capaz por ejemplo de analizar la seguridad de las aplicaciones que se instalan en el teléfono o si existe malware en un archivo o página web que queramos abrir. Al mismo tiempo, también es capaz de analizar las redes a las que se conecta el teléfono y descartar las que no sean seguras.
El segundo gran argumento con el que cuenta, es el de la productividad. Apuesta para ello por «Ready For» una plataforma de herramientas que facilitan nuestro trabajo como complemento de nuestro PC. Compatible únicamente con Windows 10/11 (nada de momento de soporte para Mac o Linux), «Ready For» nos permite realizar por ejemplo App Streaming de las aplicaciones que tengamos instaladas en nuestro terminal, utilizar el smartphone como una webcam avanzada, contar con un portapapeles universal (podemos por ejemplo copiar en el teléfono y pegar en un documento de nuestro PC), o «File Drop» para facilitar el envío de archivos (muy similar al AirDrop de Apple).
Para todo ello necesitaremos instalar en nuestro equipo la aplicación «Ready For Assistant». ¿Y qué tal funciona? En general, razonablemente bien. Nos ha gustado especialmente esa webcam avanzada que cuenta además con tracking, de modo que nos mantiene siempre en el centro de la imagen y como curiosidad, el poder contar con un centro unificado de notificaciones en el escritorio, de modo que podamos contestar en Windows las que recibamos en nuestro smartphone. Con todo «Ready For» no siempre es perfecto (su porta papeles universal no siempre funciona como debería y dependiendo de las aplicaciones, su stream en el escritorio a veces simplemente no funciona) pero en general es un punto diferencial que le da un plus a este terminal.
Tan interesante o más es la posibilidad de conectarse a una pantalla externa (con cable HDMI o de forma inalámbrica si comparte la misma conexión WiFi) de modo que el escritorio de este Motorola ThinkPhone se extiende por completo en una experiencia muy similar a la que ofrece Samsung con DeX.
En entornos de trabajo híbrido (donde a lo mejor solo se acude a una oficina durante unas horas para conectarse a un hot desk) es una aproximación a tener en cuenta, por mucho que no vaya a sustituir la experiencia completa de un PC. A su favor, que el escritorio en general está bien resuelto y en aplicaciones básicas (correo, navegación por Internet, etc.) hemos podido trabajar con soltura, manteniendo un flujo de trabajo de hasta seis aplicaciones abiertas en un entorno multitarea. En su contra que muchas aplicaciones siguen sin estar optimizadas a su uso con teclado y ratón, lo que dificulta algo la experiencia de uso. También que aunque Motorola nos permite convertir la pantalla del smartphone en un trackpad externo…su uso no es todo lo preciso que debería y sigue siendo recomendable acudir a un ratón inalámbrico convencional.
Gama alta para fans del ThinkPad
No son muchas las empresas tecnológicas que pueden presumir de tener auténticos fans. Y menos aún cuando los equipos que venden están destinadas al público corporativo. Y sin embargo, los ThinkPad (primero de IBM y ahora de Lenovo) sí que han conseguido esa cuadratura del círculo tan especial. Miles de usuarios de todo el mundo escogen ThinkPad para trabajar por su teclado, su resistencia y en general por lo bien que funcionan estos equipos en las empresas.
Así que cuando Motorola decide crear su ThinkPhone, la idea es replicar en miniatura, un diseño y unas prestaciones que forman parte de ese imaginario colectivo. Y para conseguirlo el ThinkPhone pone casi todo de su parte. El diseño, siendo todo lo sobrio que podemos esperar en un smartphone de empresa y lo limitado que resulta hoy en día que un smartphone tenga una personalidad propia, tiene sin embargo dos detalles que nos remiten directamente al espíritu de la marca.
El primero una parte trasera construida en fibra de carbono y un estampado a base de líneas grises y negra diagonales que replica lo que encontramos en las tapas de los últimos ThinkPad X1. El segundo, en el lateral izquierdo, un botón de acción rojo que replica el clásico puntero que encontramos en los teclados de los portátiles de la marca y que en este caso, podemos configurar para abrir distintas aplicaciones (o desencadenar acciones) en función de si lo pulsamos una o dos veces.
¿Y qué hereda además de este diseño? La resistencia a golpes, caídas, polvo y arañazos. Lo nuevo de Motorola tiene una certificación IP68 lo que es más que suficiente para que cada vez que el móvil se nos caiga del bolsillo o de la mesa de trabajo, no le pase nada (tal y como hemos tenido la oportunidad de comprobar de una forma más o menos involuntaria).
Con una pantalla pOLED de 6.6? (144Hz) Motorola pone en nuestras manos un terminal realmente cómodo a la hora de consultar documentos, incluso si necesitamos dedicarles mucho tiempo. La experiencia de lectura es en este sentido realmente fluida y agradable y gracias a que cuenta además con una batería de 5.000 mAh, podemos trabajar con nuestro terminal durante horas sin tener que preocuparnos en exceso por la autonomía. Si este fuera un problema sin embargo, la marca pone en nuestras manos un cargador de 68W capaz de realizar una carga completa en unos 35 minutos.
Solemos ser un tanto escépticos con este tipo de cargadores por el daño que a medio plazo infligen a las baterías sobrecargando el terminal y aquí de hecho la propia Motorola nos advierte que en esta modalidad de carga rápida el teléfono puede calentarse más de lo normal. Por eso nos gusta que en su menú de batería nos ofrezca dos opciones de carga: «Carga optimizada» más lenta y que es la que deberíamos utilizar a diario (por ejemplo si solemos poner a cargar el teléfono cuando nos vamos a dormir) o «Aceleración de carga» que podremos activar si necesitamos energía y la necesitamos ya. Además y si lo preferimos, ThinkPhone también dispone de un sistema de carga inalámbrica de hasta 15W.
Rendimiento, cámara y acción
Que este smartphone viene a competir en la alta gama lo demuestra también con unas especificaciones que, sobre el papel, los sitúan entre los mejores. Para demostrarlo cuenta con un procesador SnapDragon 8+ Gen1 (no llegando en este caso a la Gen 2 que incluyen smartphone como el Samsung Galaxy S23) , hasta 12GB de memoria RAM y hasta 512 GB de almacenamiento interno.
En el terreno de la conectividad, es compatible tanto con 5G como WiFi 6E y ofrece doble SIM, de modo que permite compatibilizar la línea de trabajo con la personal. En este mismo sentido merece la pena destacar la posibilidad que a nivel software ofrece a la hora de crear una «Carpeta Segura» en la que almacenar aplicaciones y archivos confidenciales, o el poder crear distintos «Espacios» en función de la situación en la que nos encontremos (trabajo, ocio, hogar…) o la persona que vaya a utilizar el teléfono (por ejemplo, si se lo queremos dejar a un niño para jugar).
Con estos mimbres lo que nos encontramos es un smartphone que sin encontrarse en la gama altísima del mercado, sí que ofrece un rendimiento excelente para cualquier reto empresarial al que se pueda enfrentar y realmente, nos cuesta imaginar un escenario en el que este Motorola ThinkPhone pueda sufrir, teniendo en cuenta que no está pensado para los «hardcore gamers». Como siempre, la capa de Motorola sobre Android 13 se comporta de forma excelente y todo una referencia de usabilidad y de construir con lo mínimo, una gran interfaz de usuario.
Por poner un pero, nos hubiese gustado que la capacidad de almacenamiento hubiese llegado más lejos (hasta ese terabyte que ya encontramos en otros modelos). En cambio nos ha sorprendido lo bien que funciona el lector de huella bajo la pantalla (mucho más rápido que el terminal Android medio) y el desbloqueo facial al levantar el teléfono.
En el apartado fotográfico nos encontramos con una cámara principal de 50 MP (f/1.8, 1.0?m) y una gran angular de hasta 120 grados de 13 MP, que también podremos utilizar para la fotografía macro. En el frontal, la cámara selfie tiene un sensor de 32 MP. No es una configuración con la que Motorola vaya a comepetir con el Samsung S23 Ultra o el iPhone 14 Pro ni lo pretende. Pero sin ser un smartphone en el que el apartado fotográfico no es lo que más pesa, sí que está a la altura de esa gama media-alta que han popularizado marcas como Oppo o Xiaomi con la que desde luego vamos a poder tirar fotografías de calidad, incluso en escenas de baja luminosidad. Mención aparte, hemos comentado ya, su buen desempeño como webcam al utilizarla junto a «Ready For», tal vez siendo este el escenario donde los profesionales acaben por darle más uso.
Todo el conjunto se ofrece a un precio recomendado de 999 euros, lo cual tal vez es algo elevado para lo que se considera un smartphone de empresa (en un espacio en el que suelen triunfar las gamas medias cuando los despliegues son masivos), pero que está en consonancia con el tipo de equipamiento que puede encontrarse en puestos directivos o en profesionales que necesitan el máximo en terrenos como la seguridad o la fiabilidad de las aplicaciones.