Y entonces el día llegó: el bitcoin se convirtió en la primera criptomoneda en ser legalizada como moneda de uso corriente para un país. Pese a la inmensa cantidad de críticas de analistas financieros y hasta el Fondo Monetario Internacional, la iniciativa impulsada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele ahora se concreta y hace que todos los comercios del país deban aceptar bitcoin para vender sus productos y servicios, salvo que no cuenten con la tecnología necesaria.
Cómo se usará el bitcoin en El Salvador
Pero por si fuera poco, para incentivar por completo el uso del bitcoin, el país está regalando el equivalente a 30 dólares en la criptomoneda. Lo único que se necesita es que un habitante de El Salvador descargue la nueva wallet, Chivo, se autentique con su ID que equivale a la CURP en México, y procesa a un registro de datos biométricos para poder operar su cuenta de Chivo. Acto seguido recibirá sus 30 dólares en bitcoin.
En el día a día quienes tengan bitcoin podrán comprar en cualquier comercio de El Salvador y, quienes reciban bitcoin, podrán mantenerlos en Chivo. Si no desean mantener el bitcoin, un botón en la app permitirá hacer la conversión en dólares de manera automática y, según el gobierno, sin comisión alguna.
Incluso aunque deseen mantener los bitcoins, en cualquier momento pueden la conversión a dólares y hasta acudir a uno de los cajeros físicos en donde los usuarios podrán recibir sus dólares físicos.
Las preocupaciones medioambientales
El plazo para la puesta en marcha del ambicioso proyecto llega solo un día después de que The New York Times publicara un artículo sobre el polémico caso del uso eléctrico del bitcoin a nivel global, la misma razón por la que Tesla renunció a usarlo como moneda de cambio hasta que el minado del bitcoin no modifique sus hábitos y use más energía limpia. El minado de la criptomoneda es un proceso tan demandante de electricidad que, según The NYT , consume más que países enteros como Finlandia.
El minado es una pieza imprescindible de la red de bitcoin, es el proceso por el que computadoras resuelven problemas matemáticos para certificar la seguridad, funcionamiento y transacciones de la red Bitcoin. Como toda criptomoneda el proceso es indispensable dado que su operación no es centralizada.
La apuesta es tal que El Salvador lleva varias semanas instalando cajeros físicos que permitirá a los dueños de bitcoin cambiar el valor de la criptomoneda por dólares
El consumo energético es una de las preocupaciones que el Banco Mundial tomó en cuenta para recomendar a El Salvador no hacer la transición, pero no es la única. También hay preocupaciones sobre transparencia, en donde hasta el expresidente del Banco Central de El Salvador, Óscar Cabrera, dijo que al adoptar el bitcoin El Salvador podría convertirse en un paraíso fiscal.
En torno al asunto medioambiental la solución que Bukele dio es una que podría ser sacada de una película de ciencia ficción: utilizar la energía proveniente de 170 volcanes del país para alimentar a una granja de criptominado.
Bukele aseguró que dio instrucciones a la empresa estatal LaGeo para elaborar un plan con el objetivo final de construir una granja que se haga valer de energía geotérmica. De momento no hay un plan concreto para generar la granja de criptominado.
Lo cierto es que las preocupaciones medioambientales no forman parte del proyecto original que sí contempla beneficios interesantes para el país, como por ejemplo, atraer inversiones, generar turismo de entusiastas del bitcoin y las criptomonedas y hasta facilitar las remesas que son enviadas a El Salvador desde Estados Unidos.
El último tema es importante porque una cuarta parte del producto interno bruto de El Salvador se construye precisamente a base de remesas; según Bukele, la adopción del bitcoin permitirá ahorrar 400 millones de dólares anuales en comisiones por envíos de dinero desde Estados Unidos a El Salvador.
Las reacciones de los detractores y los amantes del bitcoin
Con tantos puntos encontrados es de esperar que las perspectivas se manifiesten en apoyos y rechazos a la criptomoneda y la nueva política de El Salvador. Habitantes se han organizado para hacer manifestaciones contra la adopción del bitcoin al tiempo que el congreso aprobó el fideicomiso de 150 millones de dólares para garantizar el cambio entre bitcoin y dólar, este último siendo la moneda oficial vigente hasta ahora en el país.
Por otra parte, desde hace días usuarios en redes, principalmente Twitter y Reddit, han convocado para comprar 30 dólares de bitcoin para apoyar la adopción en El Salvador, un movimiento que tiene potencial para incrementar el precio del activo tal y como ha sucedido antes desde Reddit.
Sea o no por el movimiento coordinado el bitcoin ha rebasado al momento de escribir este texto los 51,000 dólares, un precio que no se veía desde mayo, cuando el bitcoin se desplomó con el anuncio de que Tesla dejaría de utilizarlo como moneda de cambio y luego por las férreas acciones de China contra el criptominado.
En el camino el bitcoin ha escalado de poco en poco camino a su precio de más de 60,000 dólares, primero con el anuncio de que Tesla le volvería a aceptar una vez que su minado use más energía limpia, después con el respaldo de Paypal, e incluso con que Alemania permitirá la inversión en criptomonedas a fondos institucionales.
Con todo, el movimiento de El Salvador no es compartido en muchas latitudes. China y Estados Unidos trabajan ya en generar sus propias monedas digitales y es poco probable que en el corto plazo muchos países sigan el camino de El Salvador sin contar con el apoyo del Banco Mundial.
Pero precisamente allí es donde está la gracia del asunto: o El Salvador está encaminándose hacia una economía verdaderamente descentralizada y conseguirá implotar económicamente a través de una proeza tecnológica como el blockchain que nunca ha sido probada de esta manera, o está rumbo a una catástrofe económica que pudo haber sido prevenida con las advertencias de analistas financieros en macroeconomía que anticiparon la hecatombe pasar.
Resulte una u otra, a partir de hoy El Salvador se convierte en el primer gran experimento del bitcoin siendo usado como moneda legal.