Aunque frecuentemente se utilizan como si fueran lo mismo, son totalmente diferentes. Para entender sus diferencias hay que sumergirse en la verdadera profundidad de la Web y de Internet, como vamos a hacer en este artículo especial.
Internet ha cambiado para siempre la manera de comunicarnos y la propia historia de la Humanidad. Con sus claroscuros, este conjunto de redes de comunicaciones que nació desde ARPANET conecta hoy habitualmente a 5.350 millones de usuarios y tiene a la WWW como su bien más preciado, imprescindible para cualquier ámbito de nuestra sociedad, funcionamiento y desarrollo humano.
Deep Web frente a Dark Web, ¿En qué se diferencian?
Las diferentes partes de la Web suelen explicarse con la imagen de un iceberg. La parte visible sería la ´Surface Web´ e incluiría todo el contenido indexado por los motores de búsqueda. Por debajo de la superficie tendríamos a la Web Profunda con el contenido no indexado por los buscadores. En cuanto a la Web Oscura, sería una parte (no demasiado grande) de la anterior. Como ocurre en el mundo físico, el digital no escapa a todo tipo de submundos y sujetos que la pueblan, de todo pelaje, condición y objetivos.
«La Internet Profunda»
El concepto de ´Internet Profunda´ fue introducido por Michael K. Bergman en la década de los años 90 en un white paper titulado «The Deep Web: Surfacing Hidden Value». Al contrario de lo que muchos piensan, su propósito no era definir una red oculta intencionadamente, sino lo que ya hemos comentado: definir los contenidos no localizables por los motores de búsqueda convencionales por cualquier motivo, desde páginas protegidas mediante contraseñas a formatos no indexables por tratarse de contenido html.
Hay bastante controversia con el tamaño que puede ocupar la Deep Web en la totalidad de Internet. Algunos autores calcularon su tamaño hasta en 500 veces superior a la Internet superficial, si bien hoy, otros analistas lo reducen bastante tras la explosión de las redes sociales; la capacidad de los motores de búsqueda actuales o la cantidad récord de datos movidos por los dispositivos móviles. Uno de los estudios más precisos fue realizado en la Universidad de Berkeley, con estimaciones que calculaban una ocupación de la Internet oculta de 91.000 TeraBytes y más de 300.000 sitios web.
La estimación es imposible de confirmar por su propia estructura, pero impresionante de igual forma. Las cifras que se manejan para este sub-mundo de Internet son espectaculares, aunque seguramente se han reducido en proporción con la parte de Internet que usamos a diario. Y se reducirá aún más tras la llegada de la IA y la inmensidad de contenido que mueven los grandes modelos de lenguaje.
«La Internet Oscura»
A menudo se la convierte en sinónimo de la anterior y es un error grave. Simplemente, la Web Oscura se incluye dentro de la Web Profunda como contenido no indexado. Aunque no fuera su propósito inicial ni el de más interés para la mayoría de mortales, por su propia arquitectura este submundo ha atraído a la peor calaña que ha trasladado todo lo malo del mundo físico al virtual, con actividades cuestionables o directamente ilegales.
Si no es posible definir el tamaño de la Internet Oscura imagina con esta. Algunos autores rebajan lo que representan estas actividades delictivas en el total y dentro de subniveles internos de la propia Internet Oscura, algunos sin acceso público como las darknets (redes oscuras), las redes de acceso restringido que se usan principalmente por ciberdelincuentes.
¿Para qué se utilizan?
El objetivo común en ambas es ofrecer a los internautas un mayor grado de privacidad que el que puede conseguirse en la web superficial y que es bastante lamentable ante todo el rastreo, telemetría o directamente espionaje digital de grandes empresas, administraciones y gobiernos. Por ello, la web profunda se utiliza principalmente para almacenar información confidencial que sería vulnerable si se pudiera acceder fácilmente a ella en la web superficial.
En este escenario, a menos que tengas los datos de inicio de sesión correctos para cierta información en la web profunda, nadie podrá acceder a ella, especialmente datos confidenciales (los que más se intenta robar en Internet) como la información médica o los perfiles de banca por Internet. La teoría es esa, porque la privacidad al 100% no es posible ni siquiera en estas redes.
La web oscura lleva la privacidad a un nivel diferente, permitiendo a los usuarios navegar y comunicarse de forma totalmente anónima. Cuando la mayoría de la gente piensa en ella suele pensar en actividades ilegales. Aunque el nivel de anonimato en la web oscura la ha convertido en un refugio para transacciones criminales, no es solo para eso.
También lo utilizan personas normales que buscan navegar de forma privada y asegurarse de que su información o su tráfico de Internet no sean monitorizados ni rastreados. Pueden acceder a libros o revistas académicas que pueden no estar disponibles en la web y realizar pagos utilizando moneda aparentemente anónima como Bitcoin. Otra categoría de usuarios de la web oscura incluye periodistas y denunciantes que desean compartir información confidencial o sensible sin temor a censura o acciones legales.
Incidir en que no es posible entender el funcionamiento de la Deep Web sin Bitcoin, ya que la moneda electrónica descentralizada e independiente de emisores centrales es la divisa oficial, el medio de pago preferente y utilizado para todo lo que la Internet Invisible ofrece, lo bueno y lo malo. A pesar de sus detractores, inseguridades y fluctuación de valor, Bitcoin se usa cada vez más y si quieres comprar algún producto o servicio (legal o ilegal) en la Deep Web tendrás que disponer de una cartera para esta moneda electrónica.
Cómo se accede
También aquí vemos diferencias relevantes entre la Deep Web frente a la Dark Web. A la primera se puede acceder mediante los navegadores web habituales que usamos en la Internet superficial, siempre que tengamos las credenciales correctas para acceder a la información. Puede sorprender saber que navegamos por la Web Profunda a diario, cuando iniciamos sesión en el correo electrónico, perfil de redes sociales o plataforma de transmisión de música o video favorita, estás utilizando la web profunda. Estas páginas siguen siendo exclusivas siempre que las credenciales sean confidenciales, porque como decíamos la diferencia con la Web superficial es que el contenido de ésta es su localización por los motores de búsqueda convencionales.
El acceso a la Web Oscura sí es totalmente distinto por el uso de URLs cifradas (tipo https://kpvz7ki2v5agwt322(punto)onion). Se especula que hay bastantes más en los subniveles, pero en cualquier caso su acceso es trivial para cualquier usuario. Aunque hay otras formas de acceso, la más sencilla y utilizada para un profano es a través de Tor, un proyecto Open Source de comunicaciones distribuida que busca el anonimato a nivel de red, mantiene el secreto de la información que viaja por ella y permite moverse por Internet sin dejar rastro.
La red TOR no está pensada para contener material oculto y mucho menos para proteger actividades delictivas, sino para mejorar la privacidad. Tor Browser Bundle es el paquete que nos permite conectar a la red Tor. Cuenta con versiones para Windows, Linux, macOS y Android, que pueden usarse tanto en la Internet superficial como para acceso a la Deep Web. Se trata de un ´Firefox´ tuneado que puede instalarse o usarse en modo Live desde un pendrive USB e un pendrive. Más allá de permitir un acceso sencillo a la Internet profunda, hay que decir que el uso de TOR se ha disparado en todas las redes, especialmente tras conocer los escándalos de vigilancia masiva de la NSA la pasada década.
Deep Web frente a Dark Web: Contenido
Películas y documentales han convertido a la Deep Web en sinónimo de la Dark Web y es una aseveración errónea, si bien, como ésta se incluye en la primera, ello ha llevado a sus detractores a considerar el total de este mundo como un refugio para delincuentes donde puede encontrarse cualquier producto o servicio manifiestamente ilegal.
Ciertamente, cuesta hasta enumerar todo lo malo que se puede encontrar ahí... En esencia, todo lo peor del mundo físico trasladado al virtual, mediante darknets (redes oscuras), redes de acceso restringido que se usan principalmente para actividades cuestionables. Como decíamos, y por su propia arquitectura, estos submundos atraen a la peor calaña, aunque no fuera su propósito inicial ni el de más interés para la mayoría de mortales. Algunos autores rebajan lo que representan estas actividades delictivas en el total y dentro de subniveles internos de la propia Internet Oscura, algunos sin acceso público.
Afortunadamente, Deep Web ofrece más que delitos y con carácter general, garantiza -cierto- anonimato en el intercambio de información, por ejemplo a los usuarios que han tenido la desgracia de nacer en países con regímenes dictatoriales. También grupos de ciudadanos ´normales´ que buscan ese anonimato y que se integran en foros con todo tipo de temáticas, que pueden ser frikis, curiosos, alternativos o especializados, pero alejados de las actividades delictivas.
No todos saben que organizaciones tan poco sospechosas como NASA almacenan ahí cantidades de datos enorme de investigaciones científicas y existen bases de datos de todo tipo que ocupan una buena parte del total. La organización Wikileaks comenzó a ofrecer documentos clasificados con contenido sensible en esta red antes incluso de saltar al gran público y varios de los servicios masivos como Facebook tiene sitios espejo que permiten usar la red social de manera más privada. Por supuesto, no faltan todo tipo de herramientas como navegadores, clientes de correo o buscadores internos propios.
Cuidado con lo que haces y dónde te metes
Acceder a la Web Profunda general es algo que hacemos cualquier internauta a diario como hemos explicado más arriba al usar servicios que obligatoriamente necesitan autenticación y que no son indexados por los motores de búsqueda. La Web Oscura ya es otra cosa, aunque hay muchos mitos en medio de realidades muy duras de las actividades que se pueden realizar. En varias ocasiones hemos hablado de los riesgos y precauciones a adoptar y no quisiéramos terminar sin volver a exponerlas reclamando la máxima responsabilidad y conocimiento de estos submundos:
Evita la dark web a menos que te sientas completamente seguro y seas consciente de donde te metes, diferenciando las redes oscuras del acceso a los servicios legales de lo que es la Web Profunda.
El anonimato no es total. Hace muchos años que es conocido que nada es anónimo en ninguna parte de Internet y la WWW. Documentos filtrados por el ex-técnico de la CIA, Edward Snowden, revelaron el espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense sobre la red TOR comprometiendo equipos informáticos de usuarios concretos y así poder espiar sus actividades. La privacidad total no existe ni en la Deep Web. Es altamente recomendable navegar a través de proxies y si puedes, desde equipos que no utilices para tus actividades «normales».
Cuidado dónde te metes, lo que buscas y lo que haces. La Internet ´Invisible´ y dentro de ella la Dark Web, incluye lo peor de lo peor y aunque no todo está accesible te puedes encontrar con cualquier cosa. Más aún, todo tipo de actividades ilegales. Donde están los delincuentes están las fuerzas de seguridad y no es imposible descubrir tu IP real por muchas precauciones que utilices.
El malware es habitual. Hay altas probabilidades de acabar infectado si no se conoce perfectamente de dónde vienen esos archivos descargado y las páginas visitadas en la Internet Oscura. En estas redes, es obligatorio usar una buena solución de seguridad, cortafuegos y software adicional de protección. Linux, Proxies, VPN... cualquier tipo de protección a nivel de sistema y de red es recomendable.
El acceso a la Deep Web es ilegal en algunos países. El acceso a toda la Internet Profunda, incluyendo a la Web Oscura, es perfectamente legal desde la mayoría de países. Pero cuidado; en otros países su acceso está prohibido por defecto. Hay más ejemplos, pero en China, la simple carga de una solución como TOR te lleva a la cárcel.