Si hace 60 años nos preguntábamos cómo sería y qué nos permitiría hacer internet en el futuro, seguramente no habríamos mencionado ninguna de las actividades que hoy entendemos como cotidianas -trabajar documentos online, enviar un correo electrónico o mantener una videollamada-. Quizá porque no éramos conscientes de la tecnología que se estaba desarrollando, ni el grado de aplicabilidad que podría llegar a tener. A pesar de los avances, desde el lanzamiento del primer satélite de comunicaciones, el Telstar 1, en 1962, o el e-BIRD, diseñado especialmente para comunicaciones bidireccional de banda ancha y puesto en órbita en 2003, la misión inicial de conectar al mundo continúa siendo un asunto pendiente.
Actualmente estamos siendo testigos de cómo empresas como Starlink lanzan misiones con cada vez más frecuencia al espacio para reforzar y potenciar el servicio de internet. O también Amazon, que envió al espacio a principios de octubre de este año, los dos primeros satélites de su proyecto Kuiper con el fin de proporcionar internet rápido y asequible a comunidades de todo el mundo.
Como podemos ver, las comunicaciones siguen evolucionando y tanto la infraestructura de redes como los satélites han asumido en este tiempo un rol fundamental para la construcción de puentes tecnológicos donde antes no los había.
Servicios de internet por satélite: la posibilidad de conectar lugares del mundo de difícil acceso
Si bien el Telstar fue el primer satélite gracias al cual se ha podido emitir una transmisión de televisión, para quienes trabajamos en infraestructuras de internet, podemos decir que el e-BIRD (o Eutelsat 31A como se lo conoce actualmente) nos resulta aún más significativo por lo que logró en su momento: conectar países, empresas y gobiernos en Europa.
No hay duda de que el internet satelital ha cambiado la forma en que nos comunicamos. Hoy es capaz de ofrecer hasta 220 megabytes por segundo en velocidad de descarga, es decir, 3900 veces más que la que había en los años 2000, que era de 56 kilobits por segundo en velocidad de descarga. Asimismo, ha sido capaz de ofrecernos la posibilidad de acceder de manera remota desde lugares de difícil acceso, promoviendo un equilibrio entre los grandes centros urbanos y las zonas rurales, fomentando también la generación del empleo.
Sin embargo, más allá de los avances en materia de fiabilidad en las conexiones y seguridad en los países avanzados, aún queda un largo camino por recorrer: la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés) señaló que aún hay 2.600 millones de personas que siguen sin tener acceso a la red, a pesar de que esta cifra se redujo respecto al año pasado (2.700 millones de personas). Por ello, es tiempo ahora de poner el foco en acciones que ayuden a promover el acceso generalizado.
Inversión constante en infraestructura para cumplir expectativas y servicios básicos
Los operadores de redes satelitales no se convierten automáticamente en proveedores de internet una vez que colocan los satélites en órbita. Para establecer una cobertura eficiente e ininterrumpida, se deben realizar importantes inversiones que no sólo implican satélites, sino también estaciones terrestres e infraestructura adecuada que permita realizar transferencias de datos periódicas y continuas. Y es aquí donde los puntos de intercambio de internet (IX) aparecen como actores fundamentales para que la conexión sea de alto rendimiento.
Los IX benefician, sobre todo, a los proveedores de internet, ayudándolos a brindar un servicio de alta velocidad de red y baja latencia a los usuarios, para que estos puedan disfrutar internet al máximo de sus capacidades. Pero para que esto ocurra, resulta fundamental también que la estación terrestre del proveedor esté conectada mediante cable de fibra óptica a la central de internet más cercana. De esta manera, los IX, como los que opera DE-CIX en la actualidad, permiten acceder a redes relevantes, mejoran la calidad del servicio y reducen costes, aspectos muy importantes para aquellas regiones que sólo pueden acceder a la red gracias al internet satelital.
La misión de conectar al mundo, sin fecha de caducidad
En definitiva, el internet satelital es una de las muchas tecnologías de red (o network technologies) que existen a día de hoy, cada una de ellas, con sus propias ventajas en términos de velocidad, coste y practicidad. La combinación de una amplia gama de tecnologías, junto al enfoque neutral e innovador por parte de los proveedores de internet, permitirá que cada vez más personas, en todo el mundo, tengan acceso a internet y en buena calidad.
Inversiones como las que ha realizado DE-CIX en los últimos 30 años han permitido generar acceso desde centros de datos en más de 600 ciudades de todo el mundo, conectando empresas y comunidades muy distantes entre sí. La misión por conectar al mundo, hoy, continúa así, más vigente que nunca. Es nuestro propósito que se convierta, ahora, en la realidad de todos.
Firmado: Ivo Ivanov, CEO de DE-CIX