Madrid, España.- Cada vez son menos habituales las relaciones que comienzan con una mirada en un bar o una sonrisa en un vagón de metro, sobre todo entre los jóvenes. Esa es la conclusión a la que llegaron con sólo 21 años dos estudiantes de ADE españoles, Arturo Vacas y Martín Zulueta, tras darse cuenta de que tanto a ellos como a sus amigos, cuando les gustaba alguien, les costaba mucho dar el paso de iniciar una conversación en persona.
Sin embargo, tampoco les atraía la idea de ligar en las apps de citas convencionales porque les parecía superficial, como elegir a una persona "por catálogo". Por eso decidieron fundar Closer, una app gratuita para ligar que definen como todo lo contrario a una aplicación de citas.
"Tengo un montón de amigos, yo mismo incluso, que nunca han usado apps para ligar. Pero esto es todo lo contrario, una manera de materializar una conexión real que has hecho en la calle y alejarte de la superficialidad de una foto o de un retoque. El amor está en la calle, tus padres se han conocido en la calle", sentencia Joaquín González, director creativo de la app. Su compañera de proyecto, Inés Velasco, que se ocupa de la comunicación, sostiene que los más jóvenes tienen una percepción "negativa" de las aplicaciones de citas convencionales: "Se usan para cosas cortas, rollos, pero muy poca gente conoce verdaderamente a sus parejas".
Aquí ni match, ni 'super like', ni boost ni un catálogo de fotografías en las que sales bien -y que a veces pueden distar de la realidad-. En esta nueva app todo es muy orgánico, explican: estás en clase, en el supermercado o en un avión y ves a alguien que te gusta. En ese momento puedes entrar en su plataforma y enviarle una solicitud de contacto (siempre que también sea usuario de la app) que ellos llaman Wink -guiño en inglés- y, si quieres, impresionarle respondiendo a una pregunta original. Cuando vuestros caminos se separen y le pierdas la pista, le llegará una notificación. Si la acepta, podréis empezar a chatear. Sino, el flechazo quedará en el olvido.
Decidieron hacerlo así porque les parecía muy violento que a la persona le llegase la notificación en el mismo momento. "Si me da vergüenza acercarme a hablar contigo o pedirte el teléfono, sería igual de vergonzoso que apareciese en tu móvil un mensaje mío o una foto estando yo delante", explica Arturo Vacas, uno de los fundadores del proyecto.
TÁCTICAS "ARCAICAS" PARA LIGAR
Este joven recuerda que antes de diseñar la app lanzaron una encuesta en sus redes y el 99% de los participantes aseguró que le costaba mucho dar el paso de hablar en persona con alguien que le había llamado la atención. Es más, muchos, para llamar la atención, llevaban a cabo tácticas "arcaicas", como hacerle fotografías a escondidas a la persona en cuestión para compartirlas en redes e intentar localizarlas después. O lo que es peor: hacer una foto de su número de teléfono y enviarla por Bluetooth a todos los contactos que estaban cerca con la esperanza de que alguno de los que la recibiera fuese la persona que le había gustado y esta le escribiese.
"Nuestros padres no tenían otra opción para ligar. No había miedo al rechazo. Nosotros no nos despegamos del teléfono"
Pero... ¿por qué les cuesta tanto a las nuevas generaciones ligar a la antigua usanza? "Nuestros padres no tenían otra opción. No vivían atados a un móvil, no había miedo al rechazo, ni timidez, ni vergüenza. Nosotros no nos despegamos del teléfono. Mi hermano pequeño, por ejemplo, dudo que jamás se acerque a una chica a pedirle el teléfono porque tiene otra manera de hacer las cosas", cuenta Vacas.
Para crear una cuenta sólo hay que introducir tres datos, a diferencia de otras plataformas: tu nombre, una foto y tu orientación sexual. Con 4.000 descargas en apenas 24 horas, el objetivo de estos jóvenes es que se la descargue el máximo número de personas posible para tener un gran banco de usuarios y que estos flechazos virtuales puedan materializarse.
Desde que tuvieron la idea, estos jóvenes tardaron tres años en diseñar esta aplicación que combina tecnologías como el Bluetooth, el GPS y las redes móviles para localizar a esa media naranja que has visto sentada frente a ti. Y, tras mucho trabajo, entró en escena un tercer fundador, Luis Casado, un experto en Finanzas que vive en Dubái.
Por ahora, la app tiene un rango de actuación de entre 25 y 50 metros, que es la distancia máxima que calculan que puede haber para cruzarte la mirada con alguien. Y en parte, eso ha hecho que diseñar la app haya sido un reto tecnológico, según sus creadores.