Enrique Blanco, director de tecnología de Telefónica, advierte de que la interrupción del servicio de 5G tendría consecuencias mucho más amplias que la caída de la 4G, y añade que la industria tiene que hacerse responsable de que el núcleo de las redes de la próxima generación lleve incorporada la seguridad necesaria.
En su discurso inaugural, Blanco ha afirmado que las operadoras que diseñan infraestructuras básicas para 5G autónoma “no pueden construir redes del mismo modo que lo hacían en el pasado, tenemos que garantizar que el núcleo esté hecho correctamente”.
El directivo ha subrayado aspectos tales como que las redes tienen que ser abiertas y nativas en la nube, y que es necesario cooperar con múltiples colaboradores, porque solo así la 5G satisfará las expectativas y podrá asumir los casos de uso cruciales que se le suelen asignar.
Blanco explica que “si ahora la 4G se cae, lo pasamos mal, y nuestros clientes también lo pasan mal. Pero si en el futuro se interrumpe una red 5G, se parará la sociedad entera. Se pararán los hospitales, los coches y la industria. El fallo no comportará tan solo un mero perjuicio a un gran número de clientes.”
Añade que la industria de telefonía móvil debe garantizar que una situación de esa magnitud sea “simplemente imposible”.