Ciudad de México.- Pero el gigante de la red no sólo ha puesto sobre la mesa estos nuevos dispositivos. Junto a ellos ha anunciado también, por fin, la forma en la que Bard, su inteligencia artificial conversacional, llegará también de forma nativa a los teléfonos Android. No habrá que esperar mucho.
La empresa comenzará en las próximas semanas una prueba piloto de lo que finalmente ha bautizado como "Google Assistant con Bard", una evolución del Asistente de Google que ha acompañado a los teléfonos Android y altavoces inteligentes de la compañía desde el año 2016 pero que ahora podrá acceder a Bard para dar respuestas más complejas o que requieren información contextual.
Puede resultar algo confuso porque el Asistente de Google, como Siri o Alexa, son también aplicaciones con una interfaz conversacional. Se puede acceder a ellas escribiendo o hablando en lenguaje natural.
La diferencia es que, hasta ahora, el tipo de respuestas que estos asistentes podía dar eran más bien limitadas. Aunque tenían cierta flexibilidad a la hora de interpretar un comando o buscar información, lo hacían con una estructura ya programada. Para poner un temporizador o una alarma, o saber el tiempo que va a hacer, era más que suficiente.
La irrupción de los modelos largos de lenguaje, el motor de aplicaciones de inteligencia artificial cono Chat GPT o, en este caso, Bard, permite no solo un mayor grado de comprensión de las diferentes órdenes recibidas, sino también una mayor variedad de respuestas y la posibilidad de estructurar mejor la información que se quiere comunicar.
Google, por ejemplo, explica que Google Assistant con Bard podrá crear una ruta para un viaje o bucear en una cadena de correos para encontrar la dirección en la que se celebra el cumpleaños de un amigo de tu hijo o hija. Son tareas que sólo con el Asistente de Google no era posible hacer o que requerían varios pasos.
También abrirá nuevas posibilidades de interacción. Al nuevo asistente, por ejemplo, se le podrá pedir en voz alta que envíe una foto a una red social que está mostrándose en pantalla junto a un texto o que resuma el contenido de una página web abierta en el navegador.
Google no es la única compañía que está estudiando cómo añadir este tipo de herramientas a los asistentes virtuales. Hace sólo unos días Amazon anunció también una prueba piloto que integrará una función parecida en el asistente virtual Alexa.
No es una tarea sencilla. A pesar de que servicios como ChatGPT son inmensamente populares, tienen todavía grandes limitaciones. Los datos y respuestas que ofrecen estos modelos de lenguaje no son siempre correctos, por muy bien entrenados que estén, y la velocidad a la que generan las respuestas es todavía algo lenta.
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La ventaja de una empresa como Google es que tienen el control tanto de los dispositivos y muchos de los componentes, incluyendo el procesador -Google utiliza en los Pixel procesadores diseñados internamente desde hace tres años-. Puede, por tanto, ajustar muchos de los parámetros para conseguir que la experiencia no sea tan lenta o limitada.
La tecnología del Asistente de Google, en cualquier caso, seguirá presente para muchas de las funciones que se han utilizado hasta ahora, como programar alarmas y recordatorios. Sólo cuando la consulta sea algo más general o abierta pedirá la ayuda de Bard. Google abrirá pronto la experiencia piloto en EE.UU. La empresa no ha anunciado planes de expansión internacional ni cuándo prevé que la versión definitiva del servicio esté lista.