A pesar del esfuerzo cada vez mayor de muchas empresas e inmobiliarias por devolver a los empleados que teletrabajan a sus oficinas, no parece que los trabajadores que pueden realizar sus tareas a distancia estén por la labor. Al menos, si el retorno a la oficina implica pasar de un modelo remoto 100% a otro presencial 100% o con muy poco teletrabajo. Así queda reflejado en el informe Deloitte Connected Consumer 2023, que acaba de ver la luz y que arroja datos interesantes no solo en lo relativo a la modalidad laboral, sino también a la tecnología y su uso. Como el interés creciente por la protección de datos.
Esta combinación de datos puede hacer que los empresarios y departamentos de TI tomen nota no solo de cómo pueden gestionar el talento de su empresa para retenerlo, sino también de los cambios en el comportamiento relacionados con el consumo y uso de la tecnología de manera cotidiana. Por ejemplo, la mayor preocupación por unos datos a salvo reflejan un mayor interés por la ciberseguridad. En otro orden de cosas, el informe también señala que también quieren utilizar dispositivos actualizados, aunque no necesariamente tienen por qué ser de última tecnología.
La preferencia por el teletrabajo, en aumento
En cuanto a la preferencia por el trabajo remoto, no solo no baja en 2023 con respecto a 2022, sino que sube un 7% interanual. Muchos prefieren un modelo de trabajo híbrido, con la semana dividida en una parte en remoto y otra presencial en la oficina, sobre todo por la mejora de las relaciones familiares y con los compañeros de trabajo que consiguen con este modelo.
Los que prefieren el trabajo remoto dan como motivos para ello tener menos distracciones y estrés cuando trabajan a distancia. También lo prefieren porque hay menos dificultades para la comunicación, y menos problemas con la cultura de empresa. Tanto, que dos tercios de las personas que han trabajado o estudiado en remoto aseguran que les gustaría tener la opción de seguid haciéndolo a distancia, o al menos con un modelo híbrido, en el futuro.
Por eso, tal como ha desvelado Deloitte, bastantes empresas que están pidiendo a sus empleados que vuelvan a la oficina ofrecen planes híbridos para facilitar la transición. Al menos, lo hacen a corto plazo, porque no se sabe lo que puede suceder en el futuro, y ya hay compañías que comenzaron por un retorno a sus instalaciones con modelo hírbido para pasar a otros que prácticamente dejan atrás el teletrabajo.
Un 56% de los trabajadores que participaron en la encuesta para la realización del informe teletrabajan en alguna ocasión, mientras que un 22% lo hace siempre, un 34% tiene un modelo híbrido y un 44% trabajan siempre desde la oficina de la empresa. En cuanto al modelo híbrido de trabajo, de media, los que trabajan con él pasan de media tres días en la oficina y algo más de dos en casa.
Pero a pesar de las preferencias de los trabajadores por el teletrabajo, los problemas para poder practicarlo siguen complicando su situación. Entre los principales que tienen cuando teletrabajan están la tecnología, la conectividad y el acceso a la información que necesitan. Por eso, para poder prestar a los teletrabajadores los servicios que necesitan, las empresas tienen que actualizar sistemas y herramientas, y tener la información accesible y bien organizada.
En cuanto a los trabajadores híbridos, además de problemas con la tecnología y la conectividad, tienen problemas de colaboración, de distracciones con actividades que no son propiamente trabajo y dificultades para priorizar su bienestar. Por eso, los trabajadores que tienen un formato híbrido son más propensos a terminar quemados y estresados que los que trabajan con otros sistemas.
Uso de dispositivos y preocupación por la seguridad
Los consumidores utilizan menos dispositivos en 2023 que en 2022. De media, cada hogar tiene 21 dispositivos digitales, frente a los 25 que tenían en 2021. Un 63% de los consumidores encuestados creen que lo que van a gastar en dispositivos no cambiará el año que viene, un 7% creen que se reducirá y un 9% que aumentará. Las principales razones por los que se deshicieron de dispositivos fueron que otro dispositivo también cumplía la función del desechado, o que estaban desfasados. También porque era muy caro mantenerlos.
Una de las principales razones para la reducción del gasto en dispositivos es la economía. Un 49% de los consumidores aplazaron la compra de nuevos dispositivos en los últimos 12 meses por motivos económicos, y un 33% (un 8% más que en 2022) creen que no tienen fondos suficientes para comprar los dispositivos que necesitan en su casa. La inflación elevada, el riesgo de recesión y las finanzas personales afectan a las compras.
La confianza de los consumidores en las empresas de tecnología encargadas de mantener sus datos seguros ha disminuido. En 2023, un 58% de consumidores se preocupan porque sus dispositivos sean vulnerables a brechas de seguridad, un 8% más que en 2022. Y a otro 58% les preocupa que personas o entidades puedan rastrearles a través de sus dispositivos, frente al 41% que se preocupaban por ello en 2022. Es un aumento más que notable en solo un año. Eso sí, un 50% siente que los beneficios de los servicios online compensan sus preocupaciones sobre la privacidad de datos