Además esto no es algo nuevo, en realidad viene ocurriendo (aunque con excepciones en algunos momentos puntuales) desde mitades de 2017. Los datos más recientes de StatCounter nos muestran que su cuota de mercado en marzo de 2024 es del 43,53%, frente a un 27,34 del acumulado de las todas las versiones de Windows. Y la diferencia es aún más pronunciada si nos fijamos en los datos de España, con un 54,35% para Android frente a un 25,13% de Windows.
Es cierto, claro, que en estas estadísticas se contemplan exclusivamente dispositivos conectados a Internet, pero aún así, la desviación con respecto a estos datos apunta a no ser significativa, y mucho menos aún a modificar el orden que ocupan los distintos sistemas operativos en este ranking. Esta es, probablemente, la señal más clara de que vivimos en la era post-pc de la que ya se lleva tantos años hablando, pero que en realidad no apunta a la desaparición del ordenador, sino a que otros dispositivos como smartphones y tablets se hayan convertido en sus grandes alternativas.
Así, y dado que hablamos de sistemas operativos, aunque estén dirigidos a plataformas distintas, cabe entender que guardan muchas similitudes en muchos aspectos, desde su sustrato técnico hasta elementos básicos de su diseño visual. Y también, eso sí, que cada uno aprenda de los problemas de los anteriores, evitando de este modo los potenciales problemas y mejorando así la experiencia de uso de los mismos. Y, desde luego, poner barreras para evitar que el usuario pueda eliminar el sistema, e incluso inutilizar el dispositivo, es probablemente el ejemplo más claro de ello.
El comando «Format C:» en MS-DOS/Windows genera reacciones que van desde el sudor frío hasta la risa, pues en teoría es capaz de eliminar una instalación de Windows. Sin embargo, y desde hace ya mucho tiempo, en realidad no es posible empelarlo para tal fin, pues Windows cuenta con las protecciones necesarias al respecto. Y lo mismo podemos decir de Android si intentamos eliminar «Android System», y es que Google se ha preocupado de protegerlo para evitar que lo eliminemos por error (o por curiosidad) y, de este modo, transformemos nuestro smartphone en un pisapapeles muy caro.
Parece, sin embargo, que un usuario ha logrado saltarse dichas limitaciones en su smartphone Xiaomi y, como puedes comprobar en el tweet que ha publicado, el resultado es, exactamente, el que cabía esperar, con un mensaje que además no ahorra en dramatismo (El sistema ha sido destruido). Y, por si te lo estás preguntando, no, apagar y volver a encender no funciona. Es más, todo apunta a que poco queda por hacer con el dispositivo, pues parece que la propia Xiaomi le ha ofrecido sustituírselo, no repararlo.
La gran pregunta es, claro, cómo ha sido esto posible. Como indicaba anteriormente, Android cuenta con las medidas de seguridad necesarias para evitar que esto pueda ocurrir, lo que nos hace preguntarnos si el problema se encuentra en la versión concreta que este usuario estaba empleando. Así, quizá nos encontramos con un problema específico de esta versión concreta para dispositivos de Xiaomi o, incluso, a que el usuario estuviera empleando alguna versión de desarrollo del mismo.
Ahora bien, sea como sea, si en alguna ocasión has sentido curiosidad por saber qué ocurriría de eliminar esta parte clave del sistema operativo en un dispositivo (y en tal caso puedes tener claro que no eres la única persona que ha sentido tal curiosidad) ya sabes que, en principio, no podrás. Pero por si acaso, y visto el resultado, será mejor que no lo intentes.