Fue mucha la algarabía por salir un rato de paseo, que la gente en cuestión de minutos abarrotó el río Ramos en Allende, Nuevo León.
Tan así que, para el mediodía, las autoridades municipales tuvieron que cerrar el acceso al registrar un 100 por ciento de la capacidad de este paraje natural.
Apoyados con personal de la Policía Municipal, Protección Civil y elementos de tránsito, personal del ayuntamiento tuvo que avisar a los paseantes que hacían fila para ingresar, que ya no podía haber más acceso, incluso a través de las redes sociales se hizo un llamado a la ciudadanía buscar otra alternativa de paseo.
"Debido a la gran cantidad de visitantes que este sábado se dirigen al hermoso río Ramos", informó el gobierno municipal.
Algunas de las personas optaron por ir en buscar de alguna alberca cerca del lugar y otros adentrarse más a la Sierra de Santiago a disfrutar, aunque sea un rato del aire libre.
"Vamos a buscar otra opción, ya que ahorita nos acaban de decir que ya está todo saturado, vamos a ver si algún lugar con albercas o ya de plano a comer a un costado de la presa, el chiste es pasar un rato en familia", dijo José Juan Hernández.
"Nos tenemos que regresar, ya le hablamos a una persona y nos van a rentar una quinta aquí cerca, para que los niños se diviertan un poco, porque aquí en el río ya esta saturado", expresó Arturo Ibáñez.
Mientras unos se tenían que regresar, otros disfrutaban de la tranquilidad de este paraje natural acompañado de una carne asada.
"Vinimos un rato a descansar, la estamos pasamos la verdad muy bien, no hay tanta agua como en otras ocasiones, pero con la que hay es suficiente para pasar bien un buen rato", indicó Blanca Espinoza.
"Siempre en Semana Santa venimos a este lugar que nos gusta tanto, la vez pasada, si nos tocó regresar porque no había nada de agua estaba casi seco, pero ahora está bien aquí con la familia y una carnita asada que trajimos", indicó Armando Álvarez.
Pasadas de las tres de la tarde, los accesos fueron abiertos de nueva cuenta luego de que la cantidad de paseantes fue disminuyendo.
Unos llegaron y de inmediato se metieron a bañar en el río, otros aprovechaban para extender una colcha y dormirse un rato.