Los problemas de salud pública por las partículas finas PM 2.5 y la contaminación del aire es un tema que ha preocupado a especialistas, al gobierno y a la población, ante el incremento de enfermedades.
Lo anterior, debido a que las partículas, derivadas de la combustión de diésel y otros procesos industriales, no solo persisten en el aire más tiempo, sino que también tienen la capacidad de penetrar en interiores y ser absorbidas por el torrente sanguíneo.
Los contaminantes, que miden menos de 2.5 micrómetros, son especialmente peligrosos porque pueden penetrar profundamente en los pulmones y acceder al torrente sanguíneo, por lo que generan enfermedades respiratorias, cardiovasculares y neurodegenerativas.
Según un estudio realizado en Nuevo León en 2019, se registraron aproximadamente mil 700 muertes asociadas a la contaminación por PM2.5 en la región.
El estudio de 2019 elaborado por el Centro Mario Molina y la Secretaría de Desarrollo Urbano Sostenible reveló que las emisiones de diésel representan alrededor del 13 por ciento de la contaminación por estas partículas que además son extremadamente tóxicas.
El transporte público y los vehículos comerciales en Monterrey, que en gran medida dependen del diésel, son actores clave en este escenario.
En relación al consumo diario de diésel en Nuevo León, se queman aproximadamente 5 millones de litros de diésel al día, esta cantidad al ser quemada emite alrededor de 13 millones de kilogramos de CO2 diariamente, luego de considerar que cada litro de diésel libera aproximadamente 2.6 kg de CO2.
Las emisiones no sólo elevan los niveles de PM2.5, sino que también intensifican el efecto invernadero y el cambio climático.
Además de CO2, el diésel emite otros contaminantes perjudiciales como monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, dióxido de azufre y hollín, de acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Además, la refinería de Cadereyta emerge como un punto crítico en la discusión sobre la calidad del aire en Monterrey.
Esta planta, que utiliza combustóleo y otros hidrocarburos pesados, ha sido señalada por su alta emisión de contaminantes, en los que por supuesto se incluyen las partículas de PM2.5.