Monterrey, NL.-Luego de que prácticamente su mamá pudo salvar su vida al recibir el tratamiento de plasma tras contagiarse de Covid-19, Bárbara Sosa regresó la ayuda al convertirse en una de las 254 personas que donan de manera voluntaria para que otras personas que se infectan del virus puedan sanar.
Ella de oficio enfermera contrajo el coronavirus mientras laboraba al interior del Asilo Luis Elizondo en Guadalupe, a los días su mamá también presentó síntomas y aunque no la intubaron, si estuvo grave y requirió plasma.
Bárbara se recuperó satisfactoriamente de salud y no dudo de inmediato en ir a realizar la donación para que otras personas puedan vencer a la enfermedad.
“Empecé a donar plasma más que nada porque yo sé que se necesita y porque mi mamá fue una (paciente) de las que se complicó al grado de tener que estar hospitalizada y ella necesitó plasma, entonces yo nada más estoy regresando un poco de lo que ella necesitó”, manifestó.
La historia de esta enfermera fue difundida durante la rueda de prensa ofrecida por las autoridades de Salud en la entidad.
Manuel de la O Cavazos, titular de la dependencia in formo que en tan solo una semana, la donación de plasma en Nuevo León creció un 14.93 por ciento.