Busca NL reducir entre un 21 y 33 % emisiones contaminantes

Reducir entre un 21 y 33 por ciento las emisiones contaminantes al 2030 y sentar las bases para la descarbonización.

Reducir entre un 21 y 33 por ciento las emisiones contaminantes al 2030 y sentar las bases para la descarbonización de la economía al 2050, son parte de los compromisos del Programa Estatal de Cambio Climático PECC.

El plan, presentado por el Gobernador Samuel García Sepúlveda en Nueva York y publicado ayer en el Periódico Oficial del Estado de Nuevo León, contempla 25 estrategias y 140 líneas de acción con una inversión pública anual de por lo menos el 6 por ciento del PIB estatal.

Lo anterior bajo los principios rectores de Igualdad de género e inclusión social, justa distribución de costos y beneficios, y prosperidad y desarrollo económico sustentable.

"La publicación del PECC prioriza la atención de la crisis climática en la agenda pública, tanto estatal como metropolitana, y sienta las bases para cumplir nuestra meta de largo plazo al 2050", refirió el mandatario estatal.

"Nuevo León se une al llamado internacional de gobiernos subnacionales y locales de todos los continentes para fortalecer el acceso a financiamiento directo, asistencia técnica y un sistema global de monitoreo que consolide el creciente rol de la acción climática desde lo local".

Considera elementos clave como seguridad hídrica, movilidad, edificaciones, manejo de residuos, industria, energía y el sistema natural.

Su integración parte de un inventario de emisiones de gases y compuestos de efecto invernadero que genera la entidad, e incluye un diagnóstico de cómo el cambio climático afecta al Estado y los escenarios futuros.

Es de destacar que el PECC se publica por mandato de la Ley de Cambio Climático del Estado de Nuevo León, en concordancia con la Ley General de Cambio Climático.

Está alineado a los compromisos internacionales, como el Acuerdo de París, y también al Plan Estatal de Desarrollo 2022-2027 y a los Planes Municipales de Desarrollo vigentes en la Zona Metropolitana de Monterrey.

Participaron el Centro Mario Molina, el ITESM y WRI México, lo que permite que el instrumento esté construido con validez técnica y evidencias sólidas.