Buscando siempre la ecuanimidad y la justicia en la vida, el darle a cada quien lo que se merece, pero sobre todo el que no se violenten los derechos de los ciudadanos, esto por encima de sus errores, fue lo que motivó a que José Ulises Treviño García optara por ser abogado.
La visión de querer ser abogado, a nuestro entrevistado le nace desde muy niño, en parte por sufrir desde pequeño de bullying, además de haber crecido sin una figura paterna, pues no fue sino hasta la adolescencia, cuando su padre Jesús Treviño Faz, abogado por cierto y socio de Polo del Real, lo reconoce como hijo suyo.
La vida de nuestro entrevistado no ha sido fácil, se ha desempeñado en el litigio de la Materia Penal y esto ha permeado y afectado tanto a él como a sus seres queridos.
Como litigante ha sufrido de acoso y de amenazas de muerte, ha perdió amigos que han sido levantados y desparecidos. Colegas y socios del despacho ejecutados, él mismo levantado, y en otras ocasiones secuestrado por el crimen organizado.
Y si esto no fuese bastante, hasta ha perdido a un hijo que venía en camino, cuando levantaran y golpearan a su ex pareja sentimental, estando ella aún embarazada.
Esta es sólo parte de su historia, una vida legal de admiración y de respeto, un hombre de entrega, quien por igual respeta y defiende a sus clientes, siempre buscando que su aprensión y proceso, sean ajustados a Derecho, de lo contrario, para eso está él.
En gran parte su inclinación hacia la Materia de Derecho Penal se dio por experiencias de la vida, pues hasta en alguna ocasión, siendo aún adolescente, la extinta Policía Judicial, lo levantó, lo sometió, lo golpeó, por un robo en el que no tenía nada que ver, y esta parte lo marcó de por vida, ello a fin de dedicarse así al combate a las ilegalidades que comete la autoridad contra sus detenidos.
Y es que él es firme en su visión del derecho: “No puedes cometer ilegalidades como autoridad para frenar a criminales, y es más digno si los matas en el actos criminal, que detenerlos y someterlos a bajezas, a golpes a buscar una verdad cuando tus elementos de prueba no son fuertes, porque eso solo hace que los crímenes que se hayan cometido, queden impunes”.
Nuestro jurista nace un 24 de octubre 1978, es egresado de la generación 99 de la Universidad Metropolitana de Monterrey (UMM), cuenta con estudios de tres Maestrías como lo son Maestría Laboral en la Universidad Metropolitana de Nuevo León, una Maestría en Juicios Orales con varios jueces, y la Maestría Laboral y 3 en Doctor Honoris Causa, entregados por diversos claustros doctorales.
Además de una carrera técnica en Informática Administrativa y actualmente cursa dos Diplomados en cuestiones Electorales, además de cursar una Maestría en Trabajo Social Jurídico.
“El estudiar derecho se me dio por injusticias, me llamaron la atención, yo crecí en un ambiente lleno de abusos, no tuve a mi lado a mi figura paterna en su momento y era nada más mi mamá y mi abuela, entre a los 4 años a la primaria cuando todos entraban a los 5 o 6 años, entonces dos años diferencias a esa edad es bastante y más viniendo de una familia donde era criado por mujeres entonces había muchos muchachos abusivos y estos abusos me llevaron a realizar este tipo de estudios para ayudar a las demás personas”.
“Lo que he encontrado en el Derecho, es lo que siempre pensé que iba a hacer, ni más ni menos, siempre veía una imagen de un “Catrín” en la Lotería cuando entre a la primaria y siempre me figure que era que me iba a vestir de grande”.
“Posteriormente me hice abogado y comencé antes de empezar la carrera en un despacho jurídico que era del licenciado Antonio Hernández Vita, era en el edificio Santos en el número de oficina 237 y el día que llegue me acuerdo que vi un arma larga, me acuerdo que era una M1 y también vi droga en esa oficina, entonces había varias personas de la dirección federal de seguridad también ahí extinta y estaban realizando unos trabajos en colaboración con la (DEA) entonces dije que era lo que a mí me gusta; las cuestiones policiacas, meterme a fondo en los temas de narcotráfico pero sin cruzar la línea”.
“Y de ahí empecé a conocer clientes, después de ahí me fui a trabajar a la Procuraduría General de Justicia, específicamente en el área para menores en la tutelar con la Licenciada Xóchitl Loredo, que era ahí en una unidad, en este caso para atender puros jovencitos antes de que cambiaran de sistema”.
Después de ello se va a la PGR con el Licenciado Gerardo Hernández, con él estuvo en la PGR en la Guadalupe y también acude a la Mixta en la Unidad Mixta de atención en Barrio Antiguo.
“Posteriormente estuve también en el despacho con el licenciado Nahúm Efrén Medina Marrufo que fue el delegado cuando ocurrieron los hechos de Oziel Cárdenas Guillén, que lo detuvieron un grupo especial que vino a México, fui socio del licenciado Julio Vargas Zavala que en paz descanse, a él lo ejecutaron afuera de la oficina en la que estábamos, y fui socio del licenciado Jesús Guadalupe Valero, que es una persona que trabajo como secretario en el juzgado familiar”.
Esta visión de trabajo y de empuje lo hace al día de hoy contar con dos despachos en tierras regias, uno en San Pedro y otro en la Colonia Obrera en Monterrey, además uno más en Mérida, Yucatán y otro en la Ciudad de México, cuyos despachos jurídicos además de ver asuntos de lo penal, atiende cuestiones altruistas, relevantes en materia de Derecho Penal y en cuestiones de Derechos Humanos.
“De lo que yo vivo es de atender clientes, soy especialista en el sistema tradicional, o sea el mixto y también el oral. Yo me recibí de la generación del 2004 que fue el primer Diplomado de en la Universidad Autónoma Nuevo León que estaba el licenciado Catarino por ahí también, fuimos un grupo alrededor de cincuenta y tantas personas las que nos recibimos de un diplomado y comenzamos a hacer nuestras labores en materia oral antes de que iniciara el código nacional penal, fue con un código procesal penal en Nuevo León, fuimos pioneros”.
“Entonces llevo muchas audiencias ya en las que gracias a Dios hemos visto que la justicia ha salido adelante, en otras podríamos decir que han sido injustas por la mala preparación en ocasiones del ministerio público, como paso en un asunto de una muchachita que habían ejecutado por un secuestro pero en este caso siempre hemos buscado que los tecnicismos se respeten, llámese tortura o debido proceso, y mucha gente no lo entiende y ve como si fuera un logro sacar gente culpable del penal”.
“Para empezar nuestro trabajo no nos da orgullo sacar gente culpable del Penal, pero lo que sí nos da orgullo es poner mi granito de arena para que los Ministeriales y los Ministerios Públicos dejen de hacer esos actos aberrantes como lo es la tortura, porque el mal no se puede combatir con el mal porque dejas más peor a la gente. Siempre he sido de la idea como una vez que había un general y estábamos en la PGR y estaba en el baño y observé cómo estaban torturando a unas personas y entre y vi que estaban los militares y entonces el señor lejos de asustarse me trató de regañar, me dijo el general que le decían el comandante violencia, eso fue por ahí en el 2009, me dijo “no te da vergüenza defender a estas personas” y le dije “vergüenza usted que no los mató, si tanto quería hacerles daño no es para que los tenga amarrados golpeándolos, sino en el enfrentamiento los hubiera matado y si no póngalos a disposición, porque las cosas quedan impunes y usted se pasa con ellos... y es la realidad así con eso ha surgido, tan es así que fui el pionero en Nuevo León”.
En su haber profesional como jurista ha sido el único que ha cerrado la Agencia Estatal de Investigaciones y sacado todos los Ministeriales para fuera del edificio y haber metido gente de la Policía Federal para llevar a cabo el Protocolo de Estambul, esto en el año 2010 o 2011, en un asunto de un detenido.
“Este tenía alrededor de 20 homicidios y varios secuestros y lo tenían casi muerto, pero con la independencia de que sea un asesino o no lo sea pues no ha sido juzgado todavía ya casi sale libre porque se declararon de irregularidades sus pruebas de ilegales por la tortura en todo el procedimiento, de hecho ha estado en juzgado ahorita y ya ha pasado por cuatro o cinco juzgados ahorita ha estado en el juzgado segundo de la penal y de proceso penal, entonces eso es lo que me ha tocado vivir”.
“Así es que también por ahí se creó una jurisprudencia en la cual les quitaban a todas las personas y les beneficiaba el arraigo y en dos estados el arraigo ya se habían ganado amparos y por ahí nosotros tuvimos el amparo con el cual ya se actuó la Jurisprudencia en el Juzgado Primero del Distrito de Materia Penal en un asunto de Raúl Palomo, ahí fue donde se obtuvo que eran las cuestiones para que se tumbara el arraigo y dejara de surtir efectos”.
Como penalista ha logrado además, con un equipo de seis personas que conformó, para ver asuntos del Estado de Nuevo León en penales de Apodaca y en el motín de aquí del Topo Chico.
Donde por cierto en dos de ellos participó e incluso con varias asociaciones civiles arropó a reos y sus familias, para decirles cómo y lograr enderezar y tomar datos y entrevistas de varias personas, de las cuales de cinco que entrevistó, a cuatro estaban bien mal hechos los procesos y en el mejor de los casos podrían quedar hasta en libertad, porque ya había cumplido sus condenas.
“Este fue de los casos, en los que a veces de los motines en los que realizamos alrededor de 400 amparos, todos los tengo documentados en manera gratuita es decir altruista, ¿por qué? Porque se creó un estado anímico en las personas de violencia porque se sienten incapaces de lograr algo en favor de sus familiares, muchos sí y muchos no pero obviamente no tiene los recursos, van por ahí abogados que les quieren cobrar desde 10 mil hasta 50 mil pesos por los amparos por un simple traslado y entonces lo hicimos de manera gratuita alrededor de 400 personas. Esto fue en el penal del topo chico la vez que existió el motín que fue visto a nivel internacional en esta administración, en el primer año”.
Como profesional del derecho, José Ulises Treviño García a lo largo de su vida como penalista, tiene ya 24 años de litigar, desde los 17 años emprendió esta visión, y eso que se recibió a los 19 años.
Ha llevado más de mil asuntos, y gracias a Dios todos ellos a excepción de uno o máximo dos que ha perdido, ha logrado conseguir, en base a su profesión que es muy riesgosa, sacar libres a sus clientes.
De hecho el Derecho lo combinó recientemente con la política al ser candidato de la Coalición Juntos Haremos Historia, a la alcaldía de Juárez Nuevo León, siendo postulado por MORENA, PES y PT.
Ahí, por su convicción y porque era lo correcto para él, el ser candidato, deseaba l buscar la mejora de esta ciudad, y hasta lo trataron de asesinar, le balaceron su casa de San Pedro y hasta le desaparecieron a personal del equipo de campaña.
Sin embargo como hombre firme en la vida, sabe que a quien actúa bien y es firme en el Derecho, avanza siempre por el bien.
“La vida no ha sido fácil, he perdido a parte de Julio Vargas mi compañero últimamente hace exactamente el día domingo serán ocho días o 12, pero mataron a Armando que es otro abogado que fue y se arropó conmigo porque andaba en cuestiones de pandilla, eso fue hace unos 15 años, lo arropé, estudio derecho se recibió y se hizo un buen abogado y ejecutaron y está en investigación”.
“He perdido a tres que fueron con mis hermanos que también eran abogados, Alejandro Hernández, Antonio Hernández, Roberto Hernández, eran tres hermanos con los cuales crecí también y los quería mucho, eran también abogados quienes desgraciadamente no lo quisieron ejercer estuvieron conmigo en la escúdela hasta el noveno semestre”.
“Uno de ellos se fue de guarda espaldas de unas personas que en su momento les decían Los Valdez, y ahí siendo guardaespaldas lo ejecutaron en Ruiz Cortinez y la Calle Morelia en un depósito, a Antonio Hernández fue víctima de la delincuencia y lo desaparecieron y no lo encontraron hasta después de cinco años en una narcofosa y a Roberto Hernández también está desaparecido no lo hemos localizado todavía”.
“Acá otro diputado abogado que colaboraba hace seis meses en la oficina lo ejecutaron por ahí en una plaza por Linda Vista. En fin, yo creo que he tenido por lo menos unas 50 personas que han sido víctimas de la delincuencia”.
“Es parte del oficio; a mí me han secuestrado cuatro veces, la última fue en Abasolo solo por ayudarle al alcalde de Abasolo salvarle la vida, le aventaron una granada y el director jurídico de ahí de Abasolo fue compañero mío en la escuela y me contacto para ayudar y me pidió hacer una mediación con las personas, se logró salvar la vida a este señor”.
En su haber legal ha defendido a sus clientes ante ilegalidades en sus procesos, ya sean líderes del Crimen Organizado como el Señor Lazcano, Miguel Ángel Treviño, líder Zeta. Fue hasta abogado intermediario de Arturo Beltrán, y de Joaquín Guzmán Lorea “El Chapo”.
“Cuando tratas con estas personas procuras no equivocarte porque te puede costar la vida, en cada situación que llevaba yo ponía de promedio la vida, por eso creo que nunca perdí ningún asunto, y nunca prometí algo que no podía cumplir, así se dignifica la carrera y se salva la vida”.
Nombre.- José Ulises Treviño García
Fecha de Nacimiento.- 24 de octubre 1978
-Es egresado de la generación 99 de la Universidad Metropolitana de Monterrey (UMM), cuenta con estudios de tres Maestrías como lo son Maestría Laboral en la Universidad Metropolitana de Nuevo León, una Maestría en Juicios Orales con varios jueces, y la Maestría Laboral y 3 en Doctor Honoris Causa entregados por diversos claustros doctorales.
-Además de una carrera técnica en Informática Administrativa y actualmente cursa dos Diplomados en cuestiones Electorales, además de cursar una Maestría en Trabajo Social Jurídico