La cantante y directora de ópera Ivet Pérez y ganadora del Premio UANL a las Artes 2023 creció rodeada de música clásica.
Durante 30 años, Ivet Pérez ha mantenido su voz y talento en los escenarios.
Para ella, los domingos eran un día de música en casa y gracias a la suscripción a una revista cada año recibía una selección de música de otras partes del mundo.
La nacida en Sonora estudió piano y siempre fue una amante del canto. Desde niña sabía que la música era su pasión.
Sin embargo, el temor la llevó a decidir no estudiar música como una carrera formal y optó por realizar la carrera de psicología en la UANL.
Pero la llama de la música nunca se apagó dentro de ella, ya que mientras estudiaba y trabajaba como psicóloga se sentía “atraída” por la música y fue el último día de su carrera universitaria que se inscribió a la Escuela Superior de Música y Danza.
“Tenía que saldar esa deuda que tenía conmigo misma y estudié canto, aunque no terminé la carrera en la Superior porque trabajaba como psicóloga y mi día entero estaba lleno de trabajo y toda la tarde y la noche eran ensayos”.
Ivet Pérez
Cantante y directora de ópera
“Luego en la noche tenía ensayos en el foro Monterrey y ahí empecé a tener mis primeras oportunidades como solista. Luego fui solista de otro foro al que pertenecí durante 10 años, donde estuve con el maestro José Hernández Gama. Como parte de su gira estrenamos mucha de su obra y eso terminó siendo el resto de mi formación como músico y como cantante.
“Descubrí la verdad de la técnica en el canto a través de una maestra extranjera, Susan Young, a través de un programa muy importante que inició en México. Se empezó a esparcir ese saber. Uno busca las respuestas en los libros, pero leer no es lo mismo que tener un oído externo que te esté monitoreando y te esté llevando. Ya sabía todo lo relacionado con el solfeo, con la música, con todo, pero los secretos de la técnica ella me los reveló, ella me los regaló y a través de esa experiencia, de esa enseñanza, digamos, entré en otra dimensión”.
Transmisión de emociones a través del canto
Para la cantante, la interpretación es una recreación de una obra, donde además de querer ser fiel a quien la escribió, un intérprete siembra su semilla espiritual, la cual hace que la música se transforme en una energía que transmite emociones y es algo metafísico.
“En este caso la ópera es tan poderosa porque, además de que conlleva el mensaje musical, está también el mensaje de la palabra, está la poesía, está la emoción lanzada a través de palabras, entonces es mucho más poderoso, es tan poderoso como una oración que, bien dice el dicho, ‘el que canta ora dos veces’, por ese poder que tiene el canto y, entonces, lo he hecho contra mí misma, pero en el camino me he ido curando del miedo, porque da miedo ejercer una actividad que a veces se necesita ser muy fuerte para resistir la frustración”.
Ivet Pérez
Su trayectoria
“El barbero de Sevilla” fue la primera obra que dirigió y desde ahí comenzó otra faceta en su trayectoria como directora de escena.
Posteriormente, Pérez fundó el proyecto “Canto en Escena”, el cual surgió luego de que alumnos de la Facultad de Música la buscaran para realizara “Hansel y Gretel”, en el 2014; la obra les llevó un año y medio concretarla.
Después en Conarte realizó “Ópera Joven”, que dirigió durante tres años y con lo cual logró hacer giras interestatales y nacionales.
“Mi idea en aquel entonces, mi intención fue ayudarlos y compartirles lo que a mí me había costado muchos años aprender, compartírselos de un modo vivo; además de eso hicimos muchas otras actividades. Por ejemplo tuvimos clases de respiración con Luis Alfredo Bautista, compramos unos aparatos para que la respiración fuera más efectiva, cuestiones de coaching sobre la colocación y más”.
Un aplauso que la anima a seguir
Para Ivet Pérez el haber sido galardonada con el Premio UANL a las Artes fue un aliciente para continuar con su labor en la escena de la ópera, además de considerarlo como el reconocimiento más importante que ha recibido en su carrera.
“Me tomó por sorpresa. Me emocioné demasiado. Me hizo sentir que estaba bien, que no me había equivocado. Yo nunca he tenido hambre de aplausos, nunca me ha motivado eso y el recibir el premio fue como un aplauso que sí pude oír, que sí me importó y a estas alturas de mi vida me da ánimos para seguir”.
Ivet Pérez