La exposición de Lucía Vidales Lojero, profesora en la Licenciatura en Artes en la Universidad de Monterrey ?que se exhibirá en la Sala 13 del Museo Cabañas, mejor conocido como Hospicio Cabañas, en Guadalajara?, hace eco a algunos referentes de la historia del arte, como las piezas de José Clemente Orozco que integran la colección que resguarda ese espacio cultural.
Del fuego que transforma, del muralista jalisciense, al fuego que incita a la contemplación y reúne a un clan en torno a él, concebido por la profesora universitaria, se desplaza la conversación que entabla en la exposición El fuego que no produce, a exhibirse en el espacio cultural del 23 de septiembre al 23 de enero de 2024.
A partir del mural El hombre en llamas ?como parte de la colección de Orozco en el Hospicio Cabañas?, Vidales ha creado diferentes obras que buscan ofrecer una mirada acerca de las formas de creación a las que se refiere aquel momento industrial y mitológico del Prometeo del pintor mexicano, pero desde figuras relacionadas con lo femenino, que retoman una mirada orientada a la naturaleza, con ciclos agrícolas y con la figuras de las mujeres en estos procesos sociales.
La obra que conforma este proyecto busca repensar desde la pintura, figuras míticas, coloniales y ficciones, en relación a la imagen del fuego, de la multitud y de la figura femenina como potencias en la actualidad.
La profesora de la UDEM estableció que, tanto en los murales de Orozco como en las manifestaciones artísticas del siglo XX, fue "muy dejada de lado" la visión de lo femenino, por lo que, en su obra, intenta mostrar esa otra mirada, "pensando en el futuro, en los conflictos y dolores actuales en el país".
Para Vidales, Orozco trabaja sobre figuras que giran en torno al sufrimiento que generan los procesos del periodo Colonial y el del desarrollo de la industria del siglo XX, a los que ve con ojos críticos; por eso su Prometeo es una figura que tiene un momento entre trágico y heroico de un hombre que está elevándose entre las llamas, que tiene que ver con la historia del país.
El principal elemento de Orozco en esta obra, como en algunos de sus murales, es el fuego, comentó Vidales, que aparece como una fuerza creativa, relacionada con la industria, pero también con una fuerza destructiva en momentos como la Revolución o en el momento de la Conquista.
En mi caso, retomo la figura del fuego, pero desde otra perspectiva, un poco el fuego alrededor del cual nos reunimos y el fuego como figura que es parte de un proceso que transforma, como ocurre en algunos procesos agrícolas, donde se queman elementos para que vuelva a crecer la naturaleza", expuso.
Vidales tuvo un proyecto anterior, que guarda algunas coincidencias con El fuego que no produce, en el que trabajó de 2019 a 2020 para la Sala de Arte Público Siqueiros, que consistió en un diálogo muy específico con las piezas de este otro muralista, las cuales ese mismo año se exhibieron en las galerías del Centro Roberto Garza Sada de la UDEM.
La pieza que creó la artista capitalina fue un mural transportable de ocho metros, a partir de unos Cristos de Siqueiros, pero aseguró que no existe alguna influencia en su trabajo de ninguno de los muralistas, aunque Orozco "es una referencia para mí importante, que está en la parte de atrás de mi cabeza".
Bajo la curaduría de Víctor Palacios, la muestra El fuego que no produce contempla la creación de aproximadamente entre 15 y 20 pinturas de diferentes dimensiones, desde cuadros de 20 cm por 40 cm hasta obras de dos metros, así como entre 10 y 15 dibujos y una animación digital, aunque aún no se define el número de piezas específico que integrarán este proyecto.
Con una particular atención en el color, el proyecto hace eco a otros referentes de la historia del arte, además de Orozco, como El Greco, El Bosco o Francisco de Goya, artistas que convocan a Vidales a la búsqueda de la fusión de la tragedia y la supervivencia de lo vivo en algo nuevo.
Vidales cuenta con cuatro años de labor en la Universidad de Monterrey y su práctica artística se centra en la pintura, la cual no solo abarca los medios tradicionales, como el óleo, sino piezas en cerámica y otros materiales, "pero que pienso y que practico desde la pintura, desde las lógicas del color y de problemas pictóricos".
"Como profesora de la UDEM, me interesa mucho que cada uno de los estudiantes genere su propio proceso; no pienso tanto en hacer una escuela basada en la forma en que trabajo, sino acompañarlos, brindarles herramientas y, en particular, favorecer la conversación con la pintura", expuso.