El cuadro de don Antonio L. Rodríguez Quirós, primer presidente del Consejo de la Universidad de Monterrey (1968-1975), fue otorgado en donación por la familia del empresario regiomontano a la Universidad de Monterrey
Un óleo en el que se plasma la figura de don Antonio L. Rodríguez Quirós, primer presidente del Consejo de la Universidad de Monterrey (1968-1975), con un quehacer asociado al turismo, a la diplomacia, al ámbito bancario, a la política y a la educación, encontró un lugar en esta casa de estudios.
La familia del empresario regiomontano otorgó en donación a la UDEM una pintura de 83 centímetros por 68 centímetros, que fue instalada en el lobby de la Sala del Claustro Universitario, donde fue develado al mediodía de este jueves por sus descendientes y directivos de la Universidad.
Frente a la pieza de arte, se instaló una línea de tiempo de la vida y trayectoria de Antonio L. Rodríguez, que incluyó aspectos como sus estudios, sus trabajos en el servicio consular, su participación en el comité a cargo de la edificación del templo de La Purísima, su gestión como presidente del Centro Patronal de Nuevo León, a los 37 años, su paso en la política o la fundación de la Compañía de Seguros sobre la Vida, conocida en la actualidad como Seguros Monterrey.
En 1968, Antonio L. Rodríguez participó en el proyecto de creación de la Universidad de Monterrey, que se fundó un año después.
Entre los presentes a la develación de la pintura, asistieron sus hijos Antonio, Beatriz y Josefina Rodríguez Morales, así como nietos y familiares, acompañados por el rector Mario Páez González; Carlos García González, vicerrector Académico; Luis Iturralde Siller, vicerrector de Desarrollo; y Susana Bremer Uribe, directora de Desarrollo.
En su mensaje, el rector Páez González señaló que el tener una pieza de arte así recuerda a uno de los primeros impulsores de esta institución.
"Tener esta obra, este retrato maravilloso que nos va a recordar a don Antonio, es muy valioso para nosotros; esto nos va a motivar también a continuar con el legado que han implementado los fundadores", indicó.
El directivo recordó la forma en que, en 1968, un grupo de empresarios y religiosos, miembros de cinco congregaciones religiosas, se unieron para dar forma a un proyecto educativo único en aquel tiempo, la propuesta consistía en una universidad que ofreciera una preparación de excelencia académica junto con una sólida formación integral y formación en valores.
Mencionó también que el entonces gobernador Eduardo A. Elizondo otorgó el decreto para la fundación de la UDEM, que abrió con 16 carreras.
"Este compromiso y el liderazgo que ejerció don Antonio ha influido grandemente en lo que es hoy la Universidad, estamos muy orgullosos de eso; hacia el futuro tenemos metas también que nos siguen retando y nos llenan de entusiasmo; entonces, queremos seguir brindando la mejor educación para nuestros alumnos tanto en valores, en principios, como en materia académica", explicó.
Previo a la develación, Josefina Rodríguez Morales comentó que el sueño de su padre era muy importante: lograr juntar cuatro instituciones que no tenían estudios universitarios y formar una gran universidad para las cuatro.
Agregó que Antonio L. Rodríguez fungió como presidente del comité organizador de la Universidad de Monterrey desde 1968 hasta su retiro en 1975, aunque siguió apoyando con juntas semanales con sus primeros rectores, además de que en su casa los recibía por la tarde para hablar de la orientación del crecimiento de la Universidad.
"Hombre de su tiempo, nunca se anclaba, no detenía su pensamiento y con él navegaba hacia un futuro 10 o 20 años adelante; quienes lo trataban descubrían al visionario; tenía, además, el don de la conciliación que le reconocieron sus contemporáneos", apuntó.