Esther González, creadora de cualidades únicas e inagotables

El equipo de especialistas que colaboró en el libro sobre Esther González se expresó sobre la importancia de la artista en la cultura del país.

El libro Esther González, entre la tierra y el cielo celebra y a la vez rinde un justo tributo a una artista surgida en la Máxima Casa de Estudios de Nuevo León, que entró triunfante a la esfera del arte mexicano gracias a su capacidad de interpretar los signos de su tiempo.

Esther González es una mujer de carácter indómito, una de las pioneras de nuestra región en tomar la decisión de trabajar como artista, teniendo una sobresaliente primera formación académica en el Taller de Artes Plásticas de la Universidad Autónoma de Nuevo León, expresó Sara López, curadora de la obra, durante la presentación realizada en el Colegio Civil Centro Cultural Universitario la noche del jueves 28 de noviembre.

"Su extrema honestidad y compromiso con el lenguaje particular para la producción artística la han convertido en una creadora de cualidades únicas, inagotable y legendaria".

Sara López

Curadora

"Acercarme a Esther reveló la historia de la gente del noreste. Su forma de adentrarse en las cosas de la tierra, de meditar y buscar soluciones en su contexto natural. De no rendirse ante la catástrofe, de depurar las formas para expresar con claridad el deseo de explorar al límite la fuerza interior para convertirse en partícipe del cambio y de la transformación del mundo, aun siendo mujer. Por eso hoy es homenajeada en esta bella edición", apuntó.

López señaló que el libro debe su título a los dos mundos en los que Esther González ha dejado huella en la historia de las artes de nuestro país, el grabado y la pintura bizantina.

Esta última "se volvió con su aportación una interpretación personal, íntima y llena de emotivas transfiguraciones de lo místico, búsqueda que los humanos abrazamos como puente hacia nuestra trascendencia".

El reflejo de sus obras

Para el escritor Rodrigo Garza Arreola sus personalísimas recreaciones de los símbolos bizantinos sobre papel amate son las que quizá reflejan mejor la luz y la transparencia del Valle de México, nítidas geometrías de profundidad sin sombra donde tiene cabida la Virgen de Guadalupe, así como aquellas que contaba Rafael Alberti.  

Señaló que Esther, con una gran curiosidad intelectual, asombro por las matemáticas y por los misterios del universo, ha sido testigo y protagonista de tantos prodigios infinitesimales que se muestra abierta a conocer las ideas sobre los mundos posibles que defendiera el filósofo Leibniz y que hunden sus raíces hasta las nociones de los futuros contingentes de Nicolás de Cusa, fundamento de la ciencia media de Dios, noción que concilia la gracia divina y la libertad humana.

En el recogimiento íntimo de su estudio, Esther se conecta con la experiencia colectiva de la creación artística. Para ello evoca con pinceladas rítmicas y precisas a sus grandes maestros: Vermeer, Da Vinci, Christus, Cézanne; ha creado series que exploran las abstracciones y el formalismo, las posibilidades del grabado más amplio.

Difusión de su obra entre los universitarios

José Javier Villarreal, Secretario de Extensión y Cultura de la UANL, recordó este recorrido en el que la UANL ha ido de la mano este año de Esther y Esther de la mano de la Universidad.

En el Festival Alfonsino 2024 se presentó en Colegio Civil Centro Cultural Universitario la exposición "El signo y el silencio" y, siguiendo la instrucción del Rector Santos Guzmán López de dar a conocer su obra entre los universitarios, se realizaron visitas guiadas con preparatorias y facultades, se ilustraron las portadas de la colección de poesía El Oro de los Tigres a partir de su obra y finalmente nació este libro Esther González, entre la tierra y el cielo que reúne su vida y su obra.  

Para ello se formó un equipo de trabajo con Sara López en la curaduría, Roberto Ortiz en la fotografía, Deni Ríos en el diseño editorial, Carlos Lejaim Gómez e Iván Mata en el área de edición y corrección y Pablo Cuéllar Zárate y Armando Santos en la de comunicación y enlace.

La obra también tiene espacio para la poesía con "Memoria del pez" de Jorge Esquinca y "Credo de luz" de José Ángel Leyva, así como retratos realizados por los fotógrafos Gabriela Bautista, Rogelio Cuéllar, Margitta Schoeler, Enrique Bostelmann.

Registro de su propia voz

El fotógrafo Roberto Ortiz recordó que en julio de este año acudió a su casa estudio acompañado por Sara López.

"Esa visita fue una experiencia memorable. Lo más interesante fueron las historias y anécdotas de su paso por Monterrey y el Taller de Artes Plásticas en particular. Sería muy importante encontrar cualquier oportunidad para registrar y grabar estas historias".

Roberto Ortiz

Fotógrafo

Para Deni Ríos, quien tuvo a su cargo el diseño editorial, el libro cuenta la historia de una mujer artista nacida en 1936 y documenta "la perspectiva de la artista como creadora y cómo percibe ella la creación, no solo artística, sino también desde el relato espiritual".

"Hacer un libro es hacer un objeto que contiene memoria, es una amalgama de equilibrio, funcionalidad, estética e historia. Haber diseñado Esther González. Entre la tierra y el cielo ha significado un compromiso y responsabilidad de mostrar de manera íntegra más de 60 años de obra de la artista".

Destacó la importancia de este tipo de publicaciones que cuidan la "preservación, difusión y reflexión del arte y la cultura de artistas vivas que pueden dejar su propia voz en la historia".

El peso de la expresión artística en la vida

José Javier Villarreal destacó la importancia de presentar y exponer la obra de los artistas como Esther González, surgidos de la Máxima Casa de Estudios estatal, para ofrecer a su comunidad universitaria de más de doscientos veintidós mil estudiantes una formación que le brinde "conocimientos y experiencias que ensanchen su horizonte, que amplié su bagaje y su pertenencia a una cultura viva y sumamente rica".

La publicación del libro Entre la tierra y el cielo, de Esther González, atiende este gran horizonte que la Universidad tiene ante sí, como continuador  incesante del humanismo, que no solamente engloba el arte y la cultura regional, sino también la ciencia, la tecnología, el deporte, la investigación, la innovación, la creación y divulgación de nuevo conocimiento.

"Entre la tierra y el cielo, de Esther González, es un libro que nos cuenta a través de la mirada, una historia, una vocación que explora el mundo que le ha tocado transitar: el de la historia del arte, los accidentes de nuestra patria, la crónica que atiende al milagro de la materia, la luz que horada la tela o el papel, el muro y nos expone a lo otro, a lo celeste y metafísico que también es nuestro mundo, nuestra indomable realidad".

José Javier Villarreal

Secretario de Extensión y Cultura de la UANL

Para Villarreal, la obra "es una cartografía que nos confirma el peso tan categórico que tiene la expresión artística en nuestra vida".

Finalmente, Esther González emocionada expresó sentirse como si bajara con los ángeles a la tierra.

"Estoy feliz de pasar este momento único en mi vida porque nosotros, los que atesoramos los libros, esto es lo que vamos a dejar como testimonio para siempre y esto se agradece infinitamente. Aquí seguimos muy agradecida por la vida misma".

Esther González

Artista

Por: Edmundo Derbez   Fotografía: Roberto Castañón y Cultura UANL