Para el guionista y productor Fernando Hernández Barral, "el cine es un refugio": en muchas de sus historias "ganan los buenos y pierden los malos, lo cual nos ayuda también a vivir".
"Poner el foco en lo positivo no significa negar la realidad; es lo interesante del cine", señaló el profesor español, invitado por el programa Global Community Professor de la Facultad de Educación y Humanidades de la Universidad de Monterrey.
Al catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, que impartió clases presenciales a estudiantes de la UDEM durante dos semanas y continuará su labor a distancia durante el semestre, lo que más le interesa del mundo cinematográfico es la posibilidad de contar historias "que remuevan un poco a la gente y que construyan una idea de esperanza".
Hernández Barral mencionó que uno de los temas que más le llaman la atención es la resiliencia: "la capacidad de resistencia que tenemos, incluso, ante hechos como la pandemia" o cuando ha habido grandes catástrofes naturales.
"Siempre lo dramático y lo sublime van unidos; parte de la alegría también es el dolor, el cine que yo hago o que a mí me interesa es un cine que tiene esas dos caras de la misma moneda", estableció.
El también doctor en Comunicación Audiovisual por la Universidad Complutense de Madrid mencionó que descubrió entre el alumnado de la Universidad de Monterrey inquietudes muy variadas, como el compromiso y la ambición por ser buenos cineastas, además de una preocupación sincera por el país.
"Me ha sorprendido mucho el compromiso con la realidad; la temática de los guiones de muchos de ellos trata cuestiones que son muy candentes, como la inclusión, la salud mental, las relaciones humanas y de amistad, de fraternidad", indicó.
Agregó que también hay una preocupación sincera por México, en el sentido de lo que es posible aportar, aunque sea desde el punto de vista de la ficción, para que el país mejore.
Hernández Barral señaló que lo que ha pedido a las y los jóvenes mexicanos, como a sus propios alumnos, es el compromiso con el espíritu crítico, con la libertad de las conciencias, que cada uno tenga su propio camino, dentro del respeto de los valores.