A más de 172 kilómetros del centro de Monterrey, se advierte un paisaje único de belleza natural y que es el “pulmón” más grande con el que cuenta la Universidad Autónoma de Nuevo León: el Bosque Escuela, donde se realiza investigación de alto nivel en torno al manejo forestal sustentable.
Este espacio ubicado cerca del ejido Santa Rosa en el municipio de Iturbide comprende una superficie de 496 hectáreas rebosante de encinos, fresnos, cedros y una gran variedad de pinos y donde además se cuenta con cabañas que albergan a maestros y alumnos que cumplen actividades académicas.
Al respecto, la coordinadora del área de agricultura y forestal del Centro de Investigación en Producción Agropecuaria (CIPA) de la UANL, Perla Cecilia Rodríguez Balboa, comentó que dicha área, situada a 1 mil 600 metros sobre el nivel del mar, es de las pocas existentes en universidades del país.
“Es un área de conservación que tiene la Universidad y que a su vez está a cargo del Centro de Investigación en Producción Agropecuaria. Parte del objetivo que se tiene en este sitio de conservación de la flora y la fauna regional es realizar diferentes investigaciones relacionadas con la adaptabilidad de las especies y el tipo de suelo que tenemos aquí en la zona”.
Perla Cecilia Rodríguez Balboa
Coordinadora del área de agricultura y forestal del Centro de Investigación en Producción Agropecuaria de la UANL
La reserva natural está abierta a todas las dependencias universitarias, pero son estudiantes de las facultades de Ciencias Forestales, Ciencias de la Tierra y Ciencias Biológicas quienes más acuden para preparar sus tesis y complementar sus proyectos de investigación.
“Aquí se investiga todo lo referente a minerales y perfiles de suelo, además de todo tipo de plagas, cantidad de madera que puede dar un árbol, entre otros temas.
Por lo regular vienen algunos dos o tres grupos por semestre, esto es, unos 200 o 300 alumnos cada seis meses a hacer este tipo de investigación”.
Diversidad de flora y fauna regional
En cuanto a la diversidad de especies presentes en el Bosque Escuela, existen pinos que alcanzan una altura superior a los 30 metros que son la principal riqueza de este ecosistema y que, al igual que la fauna, pese a las condiciones adversas por el incendio registrado en 2021, se mantienen en resguardo en la zona.
“Tenemos principalmente el pino blanco, pino pseudostrobus, pino piñonero y cedro. Todo lo que vemos alrededor se ha dado de manera natural mediante semilla o alguna herbácea.
“Además podemos percibir el sonido de algunas aves y algunas serpientes, no tenemos un contacto directo, pero sí conocimiento de que están presentes. El venado cola blanca que vive de manera silvestre, arañas y demás fauna. Incluso también se pueden avistar osos debido a este tipo de vegetación, la cual reduce la temperatura hasta cinco grados en la región”, mencionó.
Si bien por ahora el eje turístico es un plan a futuro, Rodríguez Balboa relató que no descartan que en un par de años pueda concretarse este proyecto.
Aportaciones a la región
La especialista señaló que el Bosque Escuela aporta grandes beneficios al sureste del estado.
“Hay que considerar todos los servicios ambientales que presta un bosque, incluso lo que ahora se ve más beneficiado es la fauna, que genera un microhábitat para ellos. Se tiene almacenado CO2, agua y el hábitat para diferente fauna.
“Aquí te desconectas de todo. Tratas de disfrutar el contacto que se tiene aquí y cualquier granito de arena que aportes al bosque es de gran apoyo para todos. Es una oportunidad de conectar contigo mismo y obviamente con la naturaleza”.
El Bosque Escuela forma parte del patrimonio de la UANL desde 1985.
Tiene una extensión de 496 hectáreas de vegetación.
Es sede de investigación para el manejo forestal sustentable.
Está situado a 1,600 metros sobre el nivel del mar.
Cuenta con una gran variedad de pinos que superan los 30 metros de altura.
Reduce hasta cinco grados la temperatura ambiental.
La recuperación del “pulmón” más grande de la UANL
En junio de 2021, un incendio afectó 150 hectáreas de vegetación del Bosque Escuela, siendo nueve de ellas de severidad y en perjuicio de los pinos, cuyo tiempo de recuperación podría ser superior a los 40 años.
Sin embargo, la coordinadora del área de agricultura y forestal del CIPA señaló que en la actualidad se han realizado tres brigadas de reforestación con un avance del 30 por ciento total en la zona, gracias a la recolección de semillas que son traídas de un vivero forestal en el municipio de Santiago.
“El incendio inició en Linares, en un ejido, y debido a las rachas de viento de más de 60 kilómetros por hora, se propició que el incendio llegara hasta este punto y nos afectara considerablemente.
“Actualmente estamos trabajando con el programa ‘Todos Unidos por el Bosque Escuela’, por el cual se invitó a diferentes dependencias de la Universidad para poder cumplir el objetivo de reforestar cerca de 1 mil o 1 mil 100 árboles por hectárea. Para ello hemos utilizado en su mayoría pinus pseudostrobus”.
Perla Cecilia Rodríguez Balboa
Cabe mencionar que la Comisión Nacional Forestal brindó capacitación a trabajadores universitarios para saber cómo actuar ante un incidente de esta naturaleza.
Por su parte, la UANL ha realizado distintas actividades para recuperar el sitio.
“Hemos emprendido obras de conservación de suelo, hemos realizado el acomodo de material vegetal muerto; las presas de morillos, presas de ramas y presas de piedras, que son las principales. Estas nos ayudan en una superficie de cárcava a que una corriente no se lleve toda la pérdida de suelo”, dijo.
También está en puerta la producción de planta para reforestar y cubrir las necesidades de regeneración ante el siniestro.
“El bosque representa mucho para nosotros, no solo el reservorio de CO2, no solo la conservación de suelo, sino también el microhábitat de diferente fauna que realiza ahí su casa. De ahí la importancia de cuidar los recursos y también dejar huella, qué es lo que nos espera más adelante o dejar huella a nuestros sucesores”.
Perla Cecilia Rodríguez Balboa
Recuperación del Bosque Escuela
Se han realizado tres brigadas de reforestación.
El trabajo de recuperación lleva un 30% de avance.
La UANL se apoyó de un vivero forestal en Santiago, Nuevo León.
La Conafor emitió recomendaciones para actuar ante siniestros similares.