El referendo en Ecuador el domingo 21 de abril, en el que los ecuatorianos votaron sobre endurecer leyes contra narcotraficantes y criminales, se desarrolló en un clima tenso debido a tres crisis: diplomática, hidroeléctrica y de creciente violencia.
Según conteos preliminares del CNE, las medidas de seguridad y el combate al crimen organizado recibieron apoyo popular, mientras que las reformas económicas fueron rechazadas.
Sin embargo, la jornada se vio empañada por el asesinato del director de una cárcel en el noroeste del país.
Participación y resultados preliminares
Cerca de 13,6 millones de ecuatorianos estaban convocados a votar, y aproximadamente el 72% acudió a las urnas.
Por lo que las propuestas relacionadas con seguridad, como la extradición de nacionales vinculados con el crimen organizado, recibieron un apoyo significativo.
Sin embargo, las medidas económicas, como el reconocimiento del arbitraje internacional y la enmienda de la legislación laboral, fueron rechazadas por los votantes, mostrando divisiones en la población respecto a estos temas.
Contexto de violencia y crisis
El asesinato del director de una cárcel en Portoviejo, el tercer ataque a una autoridad en cinco días, marcó la jornada electoral.
Este crimen se suma a una ola de violencia que incluye asesinatos de alcaldes y una crisis diplomática con México.
El presidente Noboa, se muestró firme en sus políticas de seguridad y busca dotar al Estado de nuevas herramientas para combatir la criminalidad organizada, mientras el país lidia con una crisis eléctrica debido a la sequía y déficit histórico en los embalses.