Cuba confirmó este viernes el colapso total de su sistema eléctrico, provocado, según informó el Gobierno, por un fallo en la central termoeléctrica Antonio Guiteras, situada en la provincia de Matanzas, a 100 kilómetros al este de La Habana.
Se trata de una de las siete vetustas termoeléctricas, con más de cuatro décadas de uso, y que sostenían la demanda de energía en el país.
"A las 11:07 de esta mañana, debido a las condiciones en que está operando el (sistema eléctrico nacional) SEN, se produjo su desconexión total", aseguró el Minem, que agregó que trabaja en su "restablecimiento".
Cuatro de las 20 unidades de producción energética en las siete centrales termoeléctricas terrestres del país están averiadas y otras tres están en mantenimiento, según la Unión Eléctrica, la empresa estatal encargada de la distribución de energía.
El Gobierno anunció algunas medidas para hacer frente a los apagones generalizados, que este viernes se estima afecten a poco al menos el 50% del territorio, que ya ha visto desde el último año afectaciones y medidas de racionamiento eléctrico escalonados, anunciados por las autoridades como "necesarios" para afrontar un déficit creciente en la capacidad de generación.
Un día antes, el primer ministro cubano, Manuel Marrero, compareció manera inusual en televisión para hablar de la actual "emergencia nacional" y anunció medidas como la paralización de toda actividad laboral estatal no indispensable, como hospitales y centros de producción de alimentos.
Asimismo, las autoridades ordenaron el cierre de escuelas, centros educativos e industrias no esenciales. También se han cancelado jornadas de trabajo de otros funcionarios para ahorrar energía.
La Unión Eléctrica, que agrupa también a trabajadores del sector, indicó hace días que la central de Guiteras requería mantenimiento tras haber estado operativa y casi sin pausa durante todo el verano. Es el mismo grupo sindical, afecto al Gobierno y su gestión, que este viernes ha estimado los apagones en casi el 50 por ciento del país.
Cuba vive uno de sus peores períodos económicos desde el llamado Período Especial de los años noventa. Enfrenta una caída brutal en ingresos en divisas, que dificulta su capacidad para comprar combustible, que ha también experimentado una caída desde que uno de sus más firmes aliados, Venezuela, ha padecido la caída en la producción de crudo y sus derivados. La deuda con otro de sus grandes acreedores, China, es también motivo de preocupación, ante una pérdida dramática en la liquidez y pagos.
El de este viernes será el segundo peor apagón de este año, después de que el jueves pasado se registrara una afectación a cerca de 51 % del país, que vivió a principios de año ya tasas de cortes de energía superiores al 40 %.