América Latina tuvo un 2023 turbulento, caracterizado por caos político, violencia del crimen organizado y líos de corrupción.
En Ecuador, las campañas para las elecciones presidenciales del 20 de agosto estuvieron empañadas por la violencia. El 9 de agosto fue asesinado el candidato Fernando Villavicencio al salir de un mitin.
El candidato había recibido amenazas de muerte, incluyendo del Cártel de Sinaloa. El asesinato marcó el resto de la contienda, con los aspirantes protegidos con custodia y hasta chalecos antibalas.
El 15 de octubre, el empresario Álvaro Noboa ganó las elecciones y prometió luchar contra la violencia ligada al narco.
En Guatemala, el candidato opositor Bernardo Arévalo ganó en la segunda vuelta de las presidenciales. Tras el sorpresivo triunfo, la fiscal Consuelo Porras ha tomado una serie de medidas contra el Partido Semilla y el propio Arévalo, poniendo en duda su toma de posesión, el próximo 14 de enero. El Tribunal Electoral ha garantizado que se dará el cambio de poderes.
En Colombia, el escándalo en que se vio sumido Nicolás, hijo del presidente Gustavo Petro, terminó implicando a éste, al señalar, tras ser detenido, que recibió dinero para la campaña de su padre. Las autoridades investigan una presunta financiación irregular. Mientras, en Nicaragua, el presidente Daniel Ortega continuó su ola represiva, retirando la nacionalidad a figuras nicaragüenses como Gioconda Belli y expulsando opositores.