El vacío que dejó la reina Isabel II tras su último suspiro en el castillo escocés de Balmoral prevalece un año después de su fallecimiento.
A pesar de que su sucesor, su hijo el rey Carlos III ha viajado por el país y los medios simpatizantes a la corona se han empeñado en divulgar la agenda de la monarquía británica, entre simpatizantes de The Firm (La Firma) prevalece desconcierto. "Este último año ha sido un poco diferente, la gente está desconcertada, algo le falta", dice a este diario Rogelio Alarcón, fotógrafo mexicano residente en Londres desde hace 19 años. Alarcón, quien diera seguimiento a la trayectoria de la reina, desde la celebración del Jubileo de Platino hasta los Juegos Olímpicos de 2012, señala que a la soberana más longeva de Inglaterra "se le extraña de una u otra manera" y sigue estando presente "por la perseverancia de medios (...) Fueron muchos años y gran mayoría de nosotros no habíamos experimentado cambio en la realeza. Era nuestra reina, no conocíamos otra".
Sobre Charles Philip Arthur George, quien accedió al trono a partir de la hora cero, el originario de la Ciudad de México le pone nota positiva en lo que lleva de gestión, no obstante, los desaciertos iniciales, como el berrinche que hizo porque una pluma no tenía tinta en una ceremonia de firma en Irlanda del Norte. "Estamos en un periodo en el que la gente tiene que aceptar a Carlos. Lo que veo es que será un rey corto, uno transitorio. Se vive un ambiente de calma".
Un balance crítico es el que hace Sandra Vega Neri, originaria de Pachuca y propietaria en Londres de una firma de importación de productos mexicanos: "Ha cambiado mucho desde entonces, siento que la monarquía no se está desintegrando, pero sí se está apagando. El referente que tenían en la reina no existe más. Por respeto al nuevo rey se le ha dado su lugar, pero no tiene la misma fuerza ni el mismo respeto ni el mismo carisma, ni la misma vibra. Mucho menos Camila, que no es muy del agrado de la población. La fuerza que tenía la monarquía con la reina, no se siente, tampoco se ve".
La mexicana, quien hace un año rindió tributo frente al féretro de la reina tras pasar horas en fila, dice que "hay una crisis de costo de vida y los efectos del Brexit se van sintiendo cada vez más (...) crece el sentimiento de independencia en Escocia. Siento que la Gran Bretaña no tiene la misma fuerza ni ocupa el mismo lugar a nivel mundial, algo que tiene que ver con la reina, a quien se le veía con gran respeto en todos lados".
Con un mensaje solemne, Huw Edwards, presentador de la BBC, anunció el 8 de septiembre, en torno a las 18:30 (hora local), el fallecimiento a los 96 años de la reina Isabel II de Inglaterra. Miles de personas se fueron congregando a las puertas del Palacio de Buckingham para rendir tributo por sus 70 años de servicio a la nación. Flores, veladoras, dibujos y mensajes de condolencia fueron depositados a lo largo de valla decorativa de la residencia oficial en Londres, y en los jardines aledaños, St James's Park y Green Park, dando origen a decenas de santuarios improvisados.
El 13 de septiembre el ataúd con los restos mortales de la reina llegó al Palacio de Buckingham para iniciar un ritual ancestral que culminó, seis días más tarde, con el primer funeral de Estado desde que se rindió homenaje al premier Winston Churchill en 1965. La ceremonia contó con la presencia del presidente estadounidense Joe Biden, su homólogo francés Emmanuel Macron y el entonces canciller Marcelo Ebrard en representación de México, y terminó con dos minutos de silencio, seguido por el grito de "Dios salve al rey".
Tras el primer año de reinado de Carlos III, 62% de los británicos opina que el Reino Unido debería seguir teniendo una monarquía, mientras que 26% piensa que debería tener un jefe de Estado electo; sin embargo, el apoyo no es homogéneo, entre la juventud de 18 a 24 años el indicador a favor de preservar la monarquía cae a 37%, al tiempo que 40% favorece la elección de un jefe de Estado.
Después de la investidura del rey, John Curtice, del Centro Nacional de Investigación Social y catedrático de Ciencias Políticas en la Universidad de Strathclyde, escribió que la juventud constituía para la corona un "telón de Aquiles potencial", al ser menos propensa a decir que es "muy importante" que el Reino Unido siga siendo una monarquía constitucional. El futuro de la monarquía no está grabado en piedra a pesar de la relativa calma que se respira.
En Antigua y Bermuda, Australia, Belice, Canadá, Jamaica, Nueva Zelanda, San Vicente y Granadinas, y San Cristóbal y Nieves, los planes anunciados por convertirse en república continúan vigentes y evolucionando cada uno a su ritmo. Los últimos datos divulgados por la encuestadora Lord Ashcroft muestran que en seis de los 14 reinos de la Commonwealth el apoyo por convertirse en república es mayoritario.