BRUSELAS .- La ejecutiva de la Unión Europea, Ursula von der Leyen, propuso el miércoles que los estados miembros reduzcan en un 15% su demanda de gas durante los próximos meses para asegurar que cualquier corte del suministro ruso no afecta de forma drástica a la industria el próximo invierno.
Aunque los primeros recortes serían voluntarios, la Comisión Europea también pidió competencias para imponer restricciones obligatorias en todo el bloque en caso de una alerta en toda la UE “cuando haya un riesgo considerable de un grave desabastecimiento de gas o se produzca una demanda excepcionalmente alta de gas, que resulte en un deterioro significativo de la situación de suministro de gas”.
La necesidad es grande, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
“Rusia nos está chantajeando. Rusia utiliza la energía como un arma. Y por lo tanto, en cualquier situación, ya sea un importante corte parcial del gas ruso o un corte total del gas ruso, Europa debe estar preparada”, dijo Von der Leyen.
Los estados miembros abordarán las medidas en una reunión de emergencia de ministros de energía el próximo martes. Para que se apruebe, los diferentes gobiernos nacionales tendrían que considerar si ceden competencias en política energética a Bruselas.
Un blog del Fondo Monetario Internacional advirtió sobre el poder que podría tener el presidente de Rusia, Vladimir Putin, al esgrimir como un arma las exportaciones energéticas y asfixiar al bloque de 27 naciones.
“El corte parcial de entregas de gas ya afecta al crecimiento europeo, y un corte total sería considerablemente más grave”, indicó el IMFBlog. El Producto Interno Bruto en estados miembros como Hungría, Eslovaquia y República Checa podría reducirse hasta un 6%, añadió el IMFBlog.
Italia, un país que ya atraviesa dificultades económicas importantes, “también podría enfrentar impactos significativos”.
Las previsiones económicas de la UE publicadas la semana pasada indicaban que se espera que la guerra de Rusia afecte a la recuperación económica durante el futuro próximo, con un crecimiento anual más bajo y una inflación récord. Las interrupciones en el comercio energético ruso amenazan con provocar una recesión en el bloque justo cuando se recuperaba del bache de la pandemia.
Desde que Rusia invadió Ucrania, la UE ha aprobado vetos al carbón ruso y a la mayoría de su petróleo, que entrarán en vigencia este año. Pero no incluyó el gas natural porque el grupo de 27 países depende del gas para mantener fábricas en marcha, generar electricidad y calentar hogares. Ahora teme que Putin corte el gas de todos modos para remecer la economía y la política europeas este invierno.
Esas amenazas han hecho que la ejecutiva comunitaria trace un plan centrado en recortes y ahorro energético que podrían suponer un invierno mucho más frío, pero sin grandes alteraciones.
“Debemos ser proactivos. Debemos prepararnos para un posible corte total del gas ruso. Y esta es una opción probable. Es lo que hemos visto en el pasado”, dijo Von der Leyen.
El objetivo es asegurar que industrias y servicios esenciales como hospitales siguen funcionando, aunque otros tengan que reducir su actividad. Eso podría incluir bajar la calefacción en edificios públicos e instar a las familias a utilizar menos energía en casa.
“Asumiendo que hay un corte total del gas ruso, debemos ahorrar gas, llenar nuestras reservas de gas más rápido, y para hacerlo debemos reducir nuestro consumo de gas. Sé que es pedir mucho”, dijo la presidenta de la Comisión.
Las naciones de la UE y la Comisión han salido de compras para diversificar sus fuentes de gas natural más allá de Rusia, pero aun así se espera que no lleguen a cubrir la demanda de negocios y hogares en los meses más fríos.
Aunque ahora mismo la UE tiene gas suficiente para mantener las luces encendidas y las fábricas en marcha, lo hace a precios dolorosamente altos que han impulsado la inflación disparado y provocado indignación pública.
Rusia ha cortado o reducido el gas en algunos países y se teme que la crisis energética se agrave si Moscú no reactiva el jueves un importante ducto a Alemania tras unas tareas de mantenimiento programadas con antelación.