Poderosas tormentas azotaron el centro de Estados Unidos, cobrando la vida de al menos 21 personas y dejando a cientos heridas, en un episodio de tiempo letal que impactó especialmente a Texas, Oklahoma y Arkansas. Los estragos incluyeron la destrucción de viviendas y una estación de servicio para camiones, donde decenas de personas se refugiaron.
El mayor daño se concentró en la región que abarca desde el norte de Dallas hasta el extremo noroeste de Arkansas. Las autoridades meteorológicas advirtieron que el sistema podría desencadenar más fenómenos violentos en otras áreas del centro-norte del país.
El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, declaró el estado de emergencia después de múltiples informes de tornados y daños por viento. En Texas, siete muertes fueron reportadas en el condado Cooke, mientras que ocho personas perdieron la vida en Arkansas. Oklahoma también sufrió pérdidas, con dos muertes en el condado Mayes.
Los residentes se vieron afectados no solo por las tormentas, sino también por cortes de electricidad masivos. En Texas, más de 100 personas resultaron heridas y más de 200 viviendas y estructuras quedaron destruidas. El gobernador Abbott expresó su preocupación por el impacto devastador en las comunidades y negocios locales.
En el norte de Dallas, residentes como Hugo Parra sobrevivieron a la tormenta refugiándose en un baño de una parada de camiones, que quedó parcialmente destruido. En Oklahoma, los afectados incluyeron a invitados de una boda al aire libre.
La tragedia se extendió hasta Kentucky, donde un hombre perdió la vida cuando un árbol cayó sobre él. El alcalde de Louisville confirmó que la muerte estaba relacionada con la tormenta.
Las autoridades locales y estatales trabajan para proporcionar asistencia a las áreas afectadas y evaluar los daños causados por las tormentas.