Latavia Washington McGee y Eric Williams, dos de los cuatro estadounidenses que sobrevivieron a un secuestro en Matamoros, Tamaulipas, a inicios de marzo pasado, hablaron con CNN y afirmaron que todavía se están recuperando del trauma de la terrible experiencia y la muerte de sus amigos.
"Ninguno de nosotros lo merecía. Pero estamos vivos, tenemos mucho por recuperar", dijo Washington McGee.
Washington McGee, Eric Williams, Shaeed Woodard y Zindell Brown fueron secuestrados el 3 de marzo cuando se dirigían a una cita médica en Matamoros, Tamaulipas. Woodard y Brown fueron asesinados.
CNN recordó que hombres armados emboscaron a los cuatro amigos después de que cruzaran la frontera entre Estados Unidos y México. Los investigadores creen que los estadounidenses probablemente fueron confundidos con traficantes de drogas haitianos, dijo previamente a CNN un funcionario estadounidense familiarizado con la investigación.
Una transeúnte mexicana inocente murió durante el encuentro después de ser alcanzada por una bala perdida a casi una cuadra y media de donde se llevaron a los estadounidenses, dijeron las autoridades.
Uno de los integrantes del grupo conducía cuando escucharon el claxon de un automóvil detrás de ellos y después estallaron disparos. Brown miró hacia atrás para ver un arma y advirtió a los demás que no detuvieran el auto, recordó Washington McGee.
"Zindell y Shaeed, saltaron para correr y fueron baleados", dijo Williams.
Cuando alguien comenzó a golpear la ventana del automóvil con una pistola, Williams saltó del lado del conductor. "Fue entonces cuando me dispararon en ambas piernas", dijo. Posteriormente lo llevaron a una clínica donde lo suturaron sin medicamentos ni nadie que revisara si la bala aún estaba en su pierna.
Williams y Washington McGee declararon a CNN que Brown y Woodward seguían vivos cuando arrastraron sus cuerpos inertes hasta la plataforma de la camioneta.
Los cuatro fueron conducidos a otro lugar, donde fueron interrogados. "Ahí es donde Shaeed dijo: 'Los amo a todos (...)'. Y murió ahí mismo", declaró Williams entre lágrimas. "Dijo que nos amaba y se fue. Fue lo último que hizo".
Mientras Woodard agonizaba en la parte trasera de la camioneta, "le dije que lo sentía", recordó Washington McGee.
Los familiares habían dicho que el grupo viajó a México para que Washington McGee pudiera someterse a una cirugía estética de abdomen.
Washington McGee también declaró que la metieron en una habitación con Brown, que estaba gravemente herido y moribundo. "Estaba luchando por su vida y no hicieron nada", dijo. "Hablé con él todo el tiempo... Sólo le dije que lo sentía porque le pedí que viniera conmigo".
"Me dijo: 'No pasa nada. Soy tu hermano. Se supone que tengo que estar ahí para ti. Te quiero'", recordó Washington McGee.
Agregó que sus secuestradores habían dicho que llevarían a Brown al hospital, pero cuando regresaron, él había muerto.
Washington McGee y Williams dijeron que los llevaron a varios lugares diferentes durante los días que pasaron en cautiverio, y les vendaron los ojos mientras los movían de un lugar a otro.
En un momento, fueron llevados a una casa. Afuera, vieron personas armadas con máscaras rojas de plástico de "Diablo" que estaban "apuntándonos con las armas a la cabeza, diciéndonos que no miráramos hacia arriba", dijo Williams.
En otro instante, Washington McGee y Williams se despertaron en una habitación oscura y vieron a un hombre parado frente a ellos con una luz. "Me dijo: 'No hay nada que podamos hacer para traer de vuelta a tus dos amigos. Pero lo sentimos. Alguien hizo la llamada equivocada. Estaban drogados y borrachos'", recordó Washington McGee que dijo el hombre.
"Tenían escáneres policiales y todo tipo de cosas en sus camionetas. Sabían lo que estaba pasando", recordó McGee. "Siempre estuvieron un paso por delante. Así que pensé, nunca nos van a encontrar así".
Los cuerpos de los sobrevivientes y sus amigos fueron encontrados el 7 de marzo y llevados de regreso a suelo estadounidense.
El Cártel del Golfo, el grupo que se cree que está detrás del secuestro, emitió una carta de disculpa. Cinco de sus miembros han sido entregados a las autoridades y al menos seis personas en México han sido arrestadas en relación con el secuestro fatal.