Albergues en una ciudad de Texas batallaron el sábado para hacer espacio a migrantes que las autoridades de Estados Unidos afirman que comenzaron a cruzar abruptamente por los miles desde México, lo que puso a prueba una franja de la frontera estadounidense que suele estar equipada para lidiar con grandes grupos de migrantes que huyen de la pobreza y la violencia.
El ritmo de las llegadas a Brownsville pareció tomar desprevenida a la ciudad del extremo sur de Texas, saturando los servicios sociales y llevando a un refugio nocturno en tomar la inusual decisión de rechazar a personas.
Las autoridades señalaron que más de 15,000 migrantes, la mayoría de Venezuela, han cruzado sin autorización el río cerca de Brownsville desde la semana pasada.
Esa cifra representa un aumento considerable en comparación con los 1,700 migrantes que agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron en las primeras dos semanas de abril, según funcionarios de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
"Es muy preocupante porque el desafío logístico que se nos presentó es enorme", dijo Gloria Chávez, titular del sector Río Grande Valley de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
De momento no queda claro cuál es el motivo del aumento. Chávez señaló que los migrantes se han sentido frustrados al depender de una aplicación gubernamental con fallas técnicas para solicitar asilo en un cruce fronterizo. Algunos de los migrantes que cruzaron esta semana mencionaron otros motivos, como amenazas de cárteles que precedieron el incremento repentino.
El aumento ocurre cuando el gobierno del presidente Joe Biden planea acabar con las restricciones de asilo de la época de la pandemia.
Las autoridades han dicho que los cruces diarios si autorización legal desde México podrían aumentar hasta 13 mil de los aproximadamente 5,200 en marzo.