El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y su gran rival opositor, Kemal Kiliçdaroglu, han llamado al electorado a participar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales que enfrentan de nuevo a ambos este próximo domingo, con el mandato del país en juego ya de manera definitiva.
Erdogan ha cerrado la campaña con una visita al mausoleo donde descansan los restos mortales del ejecutado primer ministro turco Adnan Menderes, derrocado en 1960 en un golpe militar. Allí, el presidente pidió a sus partidarios que depositen su voto "desde primera hora de la mañana" para garantizar "un triunfo histórico".
Kiliçdaroglu, en Ankara, ha pedido a sus seguidores y a "aquellos que aman su tierra" que "protejan las urnas" ante un posible fraude electoral.
Erdogan, que lleva dos décadas al frente de la política turca --primero como primer ministro y después como presidente--, obtuvo en la primera vuelta más de 27,1 millones de votos, lo que supuso el 49,52 por ciento de las papeletas, apenas días después de dejar caer que podría trabajar para enmendar la Constitución y quitar el requisito de hacerse con más de la mitad de los votos para ser declarado vencedor, en un momento en el que los sondeos apuntaban a una carrera muy apretada entre ambos candidatos.
Kiliçdaroglu, que se presentó a las elecciones con el apoyo de la Mesa de Seis y del prokurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) -que optó en un primer momento por no presentar candidato y posteriormente por pedir el voto para el líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP)-, ha intentado arañar votos entre los sectores nacionalistas turcos para rebasar a Erdogan.
Así, durante los últimos días ha endurecido su discurso contra la migración y los refugiados, a los que ha trasladado al foco del debate político.